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Mis ojos estaban fijamente puestos en los suyos, marrones contra azules en una batalla que ninguno quería perder, batalla que definirá quien empezaba a hablar en la próxima discusión que tendríamos, la cual sería ahora, ya no había marcha atrás, ya no después de que él pusiera un paso dentro del salón y nuestras miradas chocarán, era el momento de enfrentarnos al fin después de nuestro rompimiento, era tenso el ambiente, pero no incómodo, era él al final de todo, nunca podría estar incómoda con el hombre que me enseñó a amar y a sentirme protegida con solo su presencia.
— Hola — fue lo único que pude soltar en el momento sentándome en cámara lenta en el escritorio del maestro que no se encontraba al igual que toda la clase.
Estábamos solo él y yo.
— Hola — respondió al fin en un susurro casi imperceptible acercándose a mi a paso lento mientras apretaba sus labios — ¿cómo has estado?
— Bien, no me quejo — pasé nerviosa mi lengua por mi labio inferior haciendo una mueca y bajando la mirada a mis pies que colgaban por la altura del mueble, moviendo de un lado a otro las vans de color rojo — ¿y tu?
— Bien...
— ¿Y las cosas con Nini? — mordí mi labio y subí la mirada observándolo con mis ojos ya nublados.
— Claire, no hagas esto — dijo en un suspiro acercándose más mirando también mis pies por un segundo.
— ¿Que no haga que, Ricky? ¿Hablar de tú nueva novia? Bueno, creo que llego la hora de ser honestos ¿no?
— No es mi novia.
— Ah ¿si? — pregunte con sarcasmos soltando una risa nasal.
— ¡Tu me terminaste a mi!
— Y no hay día en el que no me arrepienta — lo mire entre cerrando mis ojos sintiendo mi cuerpo vibrar por la adrenalina de la molestia — debería haberte dicho que no te vayas, pense que era lo que queria, pero supongo que no me conocía en lo absoluto. Ahora estas con alguien más que no puedo ser yo.
— Deberías estar feliz por mi, al final eso era lo que querías para mi ¿no? que fuera feliz
— Entonces supongo que ahora es mi hora ¿no? — pregunté en un susurro pensando en mis palabras, que se me escapaban sin verificarlas antes, ya no las podía detener.
— ¿Hora de que, Claire?
— Hora de que finalmente encuentre a alguien más, llevarlo a todos los lugares dode ibamos juntos y él podría ayudarme a olvidar que amarle es algo que nunca podria hacer — confesé saltando del escritorio afirmando la mochila en mi espalda caminando a la puerta sin mirar atrás, si miraba atrás, me rompería y correría a sus brazos sin importarme nada.
— No hay nada que perder, pero no puedo hacer nada, desearia tenerte otra vez, pero tú ya tomaste tu decisión, es la definitiva ¿no? — preguntó Ricky a mis espaldas. Suspiré y me giré poco a poco en su dirección observándolo allí afirmando con ambas manos los cordeles de su mochila mirándome con sus hermosos ojos avellana directamente con ese brillo que tanto amaba desde la primera vez que los vi.
— Te amo, Ricky — le dije para sonreír de lado y llevar mi mano al picaporte de la puerta, pero un sonoro suspiro a mis espaldas me detuvo, me giré otra vez y lo vi allí sonriendo con un par de lagrimas saliendo lentamente de sus ojos.
— También te amo, Claire.
— Me gustaría tenerte otra vez, pero no puedo, te tenía y no lo puedo cambiar.
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