Advertencia: Modismos chilenos, por si no entienden dejen un comentario y les haré una leve explicación.
Maratón 3/3
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Una extravagante y escandalosa morena sonrió traviesa observando allí al amor de su vida, futuro padre de sus hijos, el weon más lindo que sus horribles ojos han visto en su vida.
Chilló emocionada y sin vacilar se levantó en su lugar llamando la atención de su única amiga en la secundaria.
— Antonia, no hoy.
— Déjame ser, weona kulia.
Tras sus palabras se subió en su mesa sin importarle pisar su bandeja llamando la atención de todas las personas en su alrededor que empezaron a murmurar entre sí esperando ansiosos lo que estaba por llegar, algo a lo cual ya estaban más que acostumbrados.
— OE TU — gritó con fuerza hacia un castaño de cabello locos que levantó la vista de su comida — SI TÚ, RICKY BOWEN, MIJITO RICO.
El castaño casi se ahogó ruborizándose por completo a las locas palabras que no entendía de la morena, acostumbrado ya que está lo dejará en vergüenza al gritarle todos los días.
— WASHITO RICO CORAZÓN DE PALTA, YO SOY LA MINA QUE TE HACE FALTA.
Antonia sonrió satisfecha viendo cómo el avergonzado chico escapaba de la cafetería seguido de su mejor amigo que solo reía por lo bajo por lo rojo que se encontraba el chico.
Suspiró encantada y saltó de la mesa sentándose con toda normalidad nuevamente.
— Es un manjar.
— Lo espantas, ¿lo sabes, no?
— Lo enamoró, wacha, así se hace po, aprende.
(...)
— OE, OE, WEON, RICHARD BEBECITO BOWEN — al ver que este no le dirigía la mirada agarró cualquier cosa a su alcance, que fue para la desgracia del castaño, una manzana, lanzándosela sin piedad a la cabeza, dándole de lleno para llamar su atención — PESCAME PO WEON.
— Antonia... — murmuró ruborizándose.
— ES TAN TIERNO ESTE CONCHESUMARE — grito mirando el cielo casi sacando lagrimas de la linda imagen que no querría borrar nunca más — ¿QUIEN FUERA SOL PA ALUMBRARTE TODO EL DÍA?
Ricky mordió su labio tomando sus cosas con rapidez pa rea escapar de la vista de la chilena que hizo un puchero volviendo a sentarse junto a su amiga.
— ¿Sabes que no te entiende, no? — preguntó mordiendo de su completo, completo que había traído su ruidosa amiga para ella.
— Si el weon habla taka taka, que me hable con el idioma del amor po, que se avispe el aweonao nomas.
(...)
— Oe, sapa kulia ¿vamos a chantarnos unos completos? Quiero puro tragarme uno.
— Mmmm, está bien, pero tú invitas.
— Claro que si po, mi ciela, si quieres hasta me encuero pa ti.
— Tú no... — se detuvo y sonrió — Ahí esta tu príncipe, no le has dicho el piropo del día.
— ¿Dónde? — pregunto emocionada mirando donde su amiga miraba, sonrió más grande que el gato del país de las maravillas y se subió a la mesa más cercana sin importarle que allí había gente comiendo — RICARDO WASHITO RICO BOWEN.
— Oh no — murmuró por lo bajo Ricky sabiendo su mirada en dirección de la morena, para sonreír por lo bajo al verla con las mejillas manchadas de una extraña sustancia café ¿quizás era chocolate?
— QUIEN FUERA ESPADACHÍN PA AGARRARTE EL SABLE — gritó sin filtro haciendo sonrojar a su amiga que le entendía en su totalidad, en ese momento se arrepintió de haber aprendido.
Antonia sonrió orgullosa al ver al castaño nuevamente escapar sonrojado y saltó de la mesa cayendo sobre la espalda de su amiga.
— Oe, también quiero churrascos con mayo ¿le jalas?
La chica asintió caminando a la salida aun sosteniendo a su amiga en su espalda.
— Oye... ¿No te da vergüenza?
— Nací sin vergüenza po weona, aprende de mi, bebecita.
(...)
— RICHAR SE TE CAYÓ UN PAPEL— la escandalosa morena grito a las espaldas del castaño, que para su sorpresa fue en su idioma.
— ¿Dónde? — preguntó inocente observando el piso a su alrededor.
— EL QUE TE ENVUELVE, BOMBÓN.
El chico se sonrojó hasta las orejas sintiendo como su corazón se detenía, al menos no había tanta gente a su alrededor como las veces en la que gritaba en la cafetería.
Y escapó no sin antes pegarle una mirada profunda a la chica que la dejó derretida en el piso.
— ESTE WEON ME DEJÓ CRAZY, WEONA ¡CRAZY!
(...)
— Mmmm, Antonia — una suave voz a las espaldas a sus espalda le hizo pegar un susto de muerte. Se volteó a punto de partirle su madre a esa persona, pero se detuvo al ver a ese hermoso y tierno castaño que la teñí loca desde el primer día en que lo vio.
— Richard papacito Bowen frente a mi, vo a desmayarme, auxilio me desmayo, cállese viejo lesbiano.
Tú puedes Ricky se animó a si mismo el castaño casi dándose bofetadas imaginarias.
— ¿Quien fera gatou parwa pasuar las shete viudas a to ladou?
Puta el weon lindo, weon.
Así fue como Antonia se cayó de culo.
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