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Mi corazón no paraba de latir con fuerza, las lagrimas ya corrían por mis ojos por la desesperación y me dolía tanto la garganta por llamar sin parar su nombre, su hermoso nombre.
Lleno de pánico y sin saber que más hacer me senté en la cama justo frente al closet que abrí hace minutos atrás buscando las cosas más valiosas de mi hermosa novia, no estaban, habían desaparecido al igual que el rastro de ella. La llamé por teléfono millones de veces la busqué por cada centímetro de la casa y nada. Ya no sabía que hacer. Sus padre no contestaban ni siquiera su mejor amiga.
Sequé mis lagrimas con desdén mirando todo mi alrededor hasta caer al baño de la habitación con la puerta abierta. Suspiro y camino hasta allí para remojar mi rostro para calmar mis nervios.
¿Porqué? ¿Porqué se había ido? ¿Porqué había desaparecido de la nada? ¿Porqué no me contesta?
Tapé mi rostro con mis manos intentando regular mi respiración errática y por un raro escalofrío que me llegó de la nada miré hacia el bote de la basura. Cómo si allí estuviera las respuestas a todo.
Frunzo mi ceño y caigo descuidadamente sobre el piso de rodillas y abro la tapa sin una gota de asco. Y allí frente a mis ojos todo hizo boom, sorprendido abrí mi boca formulando con mi corta mente lo que sucedía.
Me atoré y con las manos temblando saqué esa barra rosa de la basura viendo el resultado.
¿Marely estaba embarazada?
Oh, dios santo.
El porqué estaba entre mis manos.
Marely estaba embarazada ¡Esperaba un bebé!
Sonrío ahora más calmado.
Ya entendí el porqué Marely se había ido inesperadamente, ella como siempre esperaba lo peor de todo. Seguramente ahora estaría culpándose por un posible error que costaría mi carrera. La conocía más que a mi mismo. Pero no era así, un bebé, un bebé era una bendición, el fruto de nuestro amor puro y eterno. No la culpaba por nada, es decir, si, no era esperado esto porque somos muy jóvenes, pero eso no era razón para rechazar a ese hermoso ser que crecía en el vientre de la mujer que amaba.
(....)
Toqué la puerta con fuerza sintiendo como mis piernas temblaban.
La luz pegó en mi rostro con fuerza casi dejándome ciego, seguido de eso veo a mi hermosa novia desaliñada frente a mi. Su hermoso cabello pelirrojo revuelto en una coleta floja, sin maquillaje, y cabe decir que se veía mucho más hermosa, su pijama favorito junto a mi sudadera por encima de los hombros.
Ella abrió la boca sorprendida y intentó cerrarme la puerta en la cara, pero claramente lo detuve con mi pie, empujé la puerta con cuidado para no golpearla y sin decir nada más me lancé a ella atrayendo su rostro al mío para darle un beso profundo y apasionado.
— Josh... — murmuró contra mi boca separándose levemente mirándome confunda a los ojos — ¿Porqué?
— Porque te amo — le digo directamente sonriendo — Los amo.
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