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Apreté mis dientes con fuerza caminando lo más rápido que podían mis piernas con un par de tacones en mis pies, el sonido de mis pasos era lo único que se escuchaba por el gran pasillo blanco y vacío.
Estaba escapando.
Solté un grito de susto al sentir una mano cubrir mi muñeca en su totalidad jalándome de un tirón hacia atrás haciéndome retroceder un par de pasos hasta quedar cara a cara con la mirada brillante y triste del castaño que había robado mi corazón hacia ya años.
— Joshua... — murmuré mirándolo inexpresiva sin saber que más decir, las palabras se estaban atorando en mi garganta provocándome un gran dolor allí.
— ¿Donde has estado todo este tiempo? — preguntó un tanto herido al verme intentar zafarme de su agarré. Joshua hizo una mueca apenada y soltó con suavidad mi muñeca, pero no mi brazo ya que deslizó su mano hasta la mía entrelazando nuestros dedos — ¿porque te fuiste sin decirme?
— Josh...
— ¿Me estás evitando? ¿No te gusto de la misma manera? ¿Te estaba abrumando? ¿Fui yo, no? — pregunta tras pregunta empezó a bajar su voz sin dejar de balbucear y mirar mi rostro perdiendo ese brillo en sus ojos poco a poco.
Remoje mis labios y trague saliva un tanto nerviosa, di un paso atrás aún sosteniendo la mano de Joshua y lo miré directamente a los ojos sin saber que decir, nunca había sido buena con las palabras, siempre escapaba de los sentimientos.
— No eres tú, Joshua. Soy yo, es que...
— No te gusto — me interrumpió notoriamente herido soltando mi mano dejándola caer a un lado de mi cuerpo.
Mordí mi labio sintiéndome culpable y di un par de pasos en su dirección llevando mi mano al aire casi tocando la mejilla de Joshua que se encontraba en dirección del piso ya que este había bajado la cabeza dejando de mirarme, pero no pude. Cerré mis ojos con fuerza y llevé mi mano detrás de mi espalda intentando contener el gemido de dolor que me provocó ver a Joshua en ese estado tan vulnerable.
El estaba sufriendo por mi culpa.
Pero yo no podía hacer más que escapar, escapar de la realidad de que estaba completamente enamorada de Joshua Bassett.
La verdad es que estoy asustada y la única manera de no llegar a sufrir era escapando, escapando de todo lo que conllevaba los sentimientos, incluso los de un amor tan fuerte.
Escapar era la única opción.
— Lo siento, Joshua — murmuré roncamente retrocediendo unos pasos para girarme con el corazón en la boca.
Empecé a caminar a paso lento por el pasillo pensando en todo momento "No te des vuelta", pero no me contuve y cuando llegue al final de pasillo, me giré y lo vi allí, tan apagado con su mirada brillantes cubierta por pequeñas lagrimas mientras tenía una mueca triste en la boca.
Suspiré apreté mis labios sin saberlo que hacer entrando en un dilema.
¿Valía la pena arriesgarse por él? Claro que si.
Sonreí sin poder evitarlo y me giré en su dirección volviendo a su lado a paso lento que se convierto en una carrera para lanzarme en sus brazos.
Joshua me recibió confuso apoyando su cabeza en mi hombro.
— Tu eres mi escape favorito, Josh.
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