54. Joshua || Diario Personal

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Pedido por @butterfieldd
Espero que te guste, honey.

Suspiro por quinta vez en estos 10 minutos de cena, apuñalando cruelmente la ensalada que tenía como comida con aburrimiento escuchando de fondo risas y charlas ajenas que no me importaban en lo absoluto

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Suspiro por quinta vez en estos 10 minutos de cena, apuñalando cruelmente la ensalada que tenía como comida con aburrimiento escuchando de fondo risas y charlas ajenas que no me importaban en lo absoluto. El inglés no era el problema ni nada, era bastante buena y había progresado desde mi llegada a Estados Unidos, pero era excluida y no tenía amigos, ni siquiera a Joshua que me excluía incluso viviendo en la misma casa, lo cual era terriblemente triste.

Pensando en ese lindo castaño malhumorado y grosero levanté mi mirada hacia él quien estaba entretenido sentado con sus amigos hablando entre risas con sus sonrisas arrogantes. Me gustaba mucho aunque él no fuera la persona más amable, me odiaba en realidad, no sabía la razón, nunca le había dado una, por lo que yo sabia.

Suspiro nuevamente bajando mi mirada otra vez a mi bandeja de comida, pero el silencio del lugar me abrumó al instante y levanté mi mirada en busca del porqué del silencio súbito.

Joshua estaba sobre una mesa con nada más y nada menos que mi diario personal en las manos.

Maldigo psicólogo, ¿Porque me diste esa idea tan terrible?

Avergonzada sabiendo lo que vendría mordí mi labio con fuerza bajando mi vista hacia la bandeja.

No podía reaccionar correctamente.

— ¡Escuchen, chicos! Miren lo que tengo — la voz burlona de Joshua me pegó con fuerza casi dejándome sin aire — El diario de nuestra latina lerda, Belén.

— Joshua — intento detenerlo colocándome de pie de un salto, suplicándole con la mirada que no siguiera.

— 15 de Marzo del 2020. Hoy fue un día terrible, la oscuridad del pasado me sigue sin parar, pisándome los tobillos en cada paso sin dejándome la posibilidad de escapar, el dolor me tenía entre la espalda y la pared. Estaba en el salón de música de mi nueva escuela, el sueño que siempre tuve, estaba en California, Estados Unidos, pero incluso a millones de kilómetros de mi hogar el pasado estaba aquí. Sin pensarlo, como en un acto automático empecé a tocar una melodía en el pino, una melodía que no tocaba hace años, la melodía de mamá, la canción que ella compuso para mi padre cuando tenía 21 años. Lloré al terminar — su voz fue bajando poco a poco. Mis ojos picaron con fuerza con una daga insertada en mi corazón y el dolor abundando en todo mi cuerpo — Los extraño todos los días, la dulce voz de mamá y los comentarios elocuentes de papá. Extraño también irlos a visitar cada semana, dejarles flores y leerles mis letras. Yo...

Y no pude evitarlo más, salí sin pensarlo dos veces de la cafetería sin querer escuchar más de mi palabras personales, mis sentimientos y pensamientos más escondidos en mi corazón habían sido revelados frente a media escuela por el idiota más grande del mundo que para mi mala suerte veía todos los días al vivir en la misma casa.

Ahora tenía las inmensas ganas de dejar todo atrás, escapar y volver, pero no podía.

Las lagrimas caían gruesas y saladas por mis mejillas dejando un húmedo y doloroso rastro en mi

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Las lagrimas caían gruesas y saladas por mis mejillas dejando un húmedo y doloroso rastro en mi. Tapaba los fuertes gritos de dolor con mi mano intentando no alarmar a nadie de la amorosa familia que me acogía. Mi corazón latía más rápido de lo normal con el dolor constate que me causaba con cada latido.

La poca luz que entraba por la ventana me pegaba en el rostro y sentía mi garganta picar, estaba irritada.

Era doloroso dar a saber la verdad, pero yo no lo había hecho, lo había hecho el idiota de Joshua.

El suave golpeteo en la puerta se escuchó con fuerza en la silenciosa habitación, no deje mi labor de desahogarme llorando y solo miré con mis ojos vidriosos a la puerta.

— Belén.

— ¡Vete! — grité en un alarido de dolor lanzando la primera cosa que encontré.

Un peluche.

— Belén, lo lamento.

— ¿Porque? ¡¿Porque lo hiciste, Joshua?! — interrogué entre dientes molesta levándome a duras penas de la cama sintiendo mis piernas temblar en mi proceso de caminar hacia la puerta.

— Lo siento, yo no pensé...

— ¿No pensaste? — pregunté sarcástica secándome las lagrimas con fuerza — ¡Nunca piensas, maldigo idiota!

— No quería leer tu diario, ellos...

— Te dejaste manipular ¿No es así? Como siempre — apoyé ambas manos en la puerta mirando la extensión de madera un poco ida.

— Si, yo... Lo siento.

— Un lo siento no arregla nada, Joshua. Te puedes ir a la mierda.

— No quiero irme, no sin haberme arreglado contigo. Fui un idiota.

— Siempre eres un idiota.

— ¿Un idiota que te gusta, no? Vamos... Ábreme.

— Tú no... Tú ya no me gustas.

— No mientas, no ahora. Porque tú también me gustas, lo del diario fue un inconveniente, no arreglaremos. Solo ábreme la puerta.

Quizás sea estupida, porque le creí, creí es sus palabras que me pegaron con fuerza.

Siempre sería débil ante Joshua Bassett.

Abrí la puerta en par en par dejándome ver al castaño sonriendo de lado sosteniendo mi diario en sus manos. Y allí supe que nada sería igual.

 Y allí supe que nada sería igual

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Re tóxico todo, wn.

Sofiadaaholland

ONE SHOTS, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora