11. Ricky || Books

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Kate empujaba débilmente el carrito repleto de libros temiendo en todo segundo de que alguno se cayera, se sentía tensa por la presencia de un castaño en especial a unos metros de ella

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Kate empujaba débilmente el carrito repleto de libros temiendo en todo segundo de que alguno se cayera, se sentía tensa por la presencia de un castaño en especial a unos metros de ella. Lo mirea nerviosa de reojo a cada segundo que puede, decepcionada por sus intentos de entablar una relación con el lindo chico que venía todos los días a la librería para leer y pedirle libros bastante seguido.

La chica de ojos verdes dejaba una nota con su nombre y apellidos junto a su número en cada libro que le entregaba al chico, pero este siempre ignoraba.

Kate suspira con pena para empezar a ordenar la alta librería en la sección de fantasía, una de sus más odiadas, ella siempre prefería los libros de ciencias.

Ricky se levantó lentamente de su silla al ver a la chica de cabellos rubios — mmmm, hola — habló ya al lado de la chica que le ponía nervioso todos los días — yo, mmm, terminé de leer el libro.

La chica frunce su ceño confundida tomando el libro de las manos de castaño con rapidez — te lo di hace dos días.

— Mmmm, si — Ricky rascó nervioso su nuca — yo no dormi por leerlo — mintió con facilidad, la verdad es que el chico no había leído absolutamente nada del libro, pedía libros constantemente solo para hablar con la linda chica de la biblioteca.

— ¿Que te pareció? — pregunta Kate dejando el libro en el carrito.

— Fue... ¿interesante? — hizo una mueca intentando buscar palabras más creíbles.

— Oh, que bien, nunca lo eh leído — aclara su garganta levantando su mirada — ehmmm, okey ¿quieres un libro nuevo?

— Oh, si, si, claro — asiente nerviosamente muchas veces — mmmm ¿que me recomiendas?

La chica mira analizando los ojos del chico por unos largos segundos — okey — Kate empieza a caminar por la gran biblioteca hasta el final del lugar, la sección de mitología, el cual era el lugar menos recurrido del lugar.

La rubia se agacha revisando los incontables libros con la atenta mirada de Ricky encima, fascinado por su pura belleza y sus hipnotizadores ojos verdes que lo enamoró desde el primer día en que los vio, hace unos meses en compañía de Big Red que buscaba un libro para su clase de español.

— Oh, este me gusta — la chica se levanta con una sonrisa hermosa a los ojos del chico — Mitología Nórdica.

— ¿Odin y Thor? — preguntó el chico interesado tomando el libro causando un rose con la delicada mano de la rubia, suave y delgada, que provocó un escalofrío en ambos.

— Comprendo si no te gusta, quizás te aburras, yo buscare otro...

— No, me gusta — interrumpió el chico dando un paso al frente acercandose a la chica que miraba en silencio al castaño.

Ricky y Kate se miraron a los ojos por largos minutos, sintiéndose a la vez en una burbuja.

— Soy Ricky — habló sorpresivamente el chico.

Kate suspira y baja la mirada — esta bien — la chica hace el ademas de irse, pero Ricky toma su muñeca por instinto.

— ¿Está bien? — pregunta el chico con el ceño fruncido acercándose más — eh intentado hablar contigo desde que te vi aquí y tú me ignoras — soltó el chico exasperado cansado de todos los meses en los que intento hablar con la chica.

— ¿Ignorarte? — susurra Kate para si misma y se acerco más al chico quedando frente a frente a centímetros de distancia — me gustas desde que te vi y soy tímida ¿si? — habla sin pensar la chica — te eh dado mi numero y mi nombre en los libros ¡eres tú el que me ignora! — gritó susurrando la chica, molesta.

— Oh, yo, yo no leo los libros — susurra el chico rascándose la nuca.

— Oh... — susurra la chica aún mirando los ojos del chico.

Ricky se sintió estupido ¿porque mierda no leyó los libros?

— Soy un idiota.

Kate suelta una risita suave — yo también, tuve que haberte hablado directamente.

— Mmmmm, no sé qué decir — los chicos ríen unos segundos para quedarse en silencio mirándose a los ojos.

Ricky sin pensarlo demasiado pasó su mano sobre las mejillas coloridas de las chicas y junta sus narices cerrando sus ojos.

Y el beso llegó.

¿Los libros lo habían unido? Ni idea.

¿Los libros lo habían unido? Ni idea

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Sofiadaaholland

ONE SHOTS, Joshua BassettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora