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Apreté mis dientes intentando contener con mucho esfuerzo los sollozos que querían salir de mi junto a las lágrimas, sentía mi corazón desolado al igual que mi habitación. Me sentía solo y vacío sin su presencia bulliciosa y brillante.
Una y otra vez se repite su alegre y melodiosa voz en mi cabeza, ella siempre estuvo hablando, pero yo no había recibido el mensaje. No hasta ahora que no estaba aquí, conmigo.
No se como pude ser tan ciego al no darme cuenta que esa persona estaba frente a mis ojos, ese amor que nunca debió desaparecer.
Todo siempre se trató de ella y yo no lo sabía.
¿Ahora que puedo hacer? Al final uno nunca sabe lo que tiene hasta que se haya ido.
Me encuentro confundido, pero se que si podría rebobinar todo, lo haría sin dudarlo y así decirle a mi yo del pasado que escuchara su corazón. Y ahora estaría junto a ella diciéndole todo lo que nunca pude comunicar, que todo se trataba de ella y siempre había sido ella.
Ella se había ido, por mi completa culpa y me arrepiento tanto de no haberla detenido a tiempo, si no fuera por mi, ella estaría aquí, frente a mi con su hermosa sonrisa y sus ojos brillantes, diciendo mi nombre con emoción y cariño.
La había perdido.
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