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Me encontraba sentada en la esquina de la solitaria biblioteca con un grueso libro de biología sobre mi regazo y un cuaderno a un costado donde solamente golpeaba mi lápiz repetidas veces mientras escuchaba a todo volumen "Watermelon sugar" de Harry Styles.
Sumergida en las miles y miles palabras que trataban sobre la teoría de Darwin me estaban aburriendo a montones ¿pero que más podia hacer una chica muda sin amigos en la escuela? exacto, nada divertido.
Suspiro con desdén cerrando el libro con fuerza para hundirme en el sofá cerrando mis ojos con fuerza, pero un suave toque en mi hombro hizo que abriera mis ojos aterrorizada, rápidamente me giró al dueño de la mano observando a un alto castaño con una gorra girada hacia atrás y una linda sonrisa, este me habla, pero solo escucho escucho balbuceos por la fuerte música.
Entonces alzo mi mano haciendo seña de que parara de hablar y me saco los audífonos con lentitud guardándolos en mi mochila.
— Ehhh, hola, soy, mmmm, Ricky y yo te vi, quería saludarte porque estabas solas, no es que piense que eres rara por estar sola, sola es genial, sola es cool — hablo nerviosamente mientras miraba todo mi rostro en busca de alguna reacción — pero quería hacerte compañía ¿te molesta si me siento a tu lado? — entre abrí mi boca analizando la situación ¿un chico guapo quería estar conmigo? oh, si, es no sabe aún que soy muda — bueno, solo si quieres, me puedo ir.
Sonreí un poco con timidez pensando en cómo responder al chico, entonces simplemente asentí con la cabeza quitando mi mochila del largo sofá para después entrarme erguida.
— No hablas mucho ¿no? ¿o te sientes incómoda? — preguntó inocente el chico, giré mi rostro a él sonriendo con pena tomando el cuaderno de mi lado colocándolo sobre mi libro para con mi lápiz escribir rápidamente sobre el cuaderno.
"Lo siento si te incómoda, pero soy muda"
— Ohh — habló el chico en un susurro bajando la mirada — mal momento para no saber lenguaje de señas, tuve que tomar atención en clases — se auto regaño en susurros, pero los alcancé a escuchar hacéis o que me sonrojara — ¿me podrías decir... ¡escribir! — se auto corrigió rápidamente riendo nervioso — tu nombre?
Sonrío enternecida pasando la hoja escribiendo en letras grandes y cursivas mi nombre.
"Soy Ellie"
— Un gusto Ellie, soy Ricky.
Intente escribir nuevamente, peor al ver cómo la tinta se acababa poco a poco dejándome en la mitad de la frase suspire, era mi último lápiz.
Entonces con señas fáciles le indiqué que el lápiz no funcionaba solo para que me mirara con el ceño fruncido sin comprender.
Lo miro a los ojos por unos largos segundos sintiendo como había arruinado en mel no, primera vez que me iba bien con un chico y lo arruinaba por no tener un lápiz.
— No te preocupes, eh, toma — estiró su mano desnuda observando cómo estaba levemente roja, lo miro confusa y el solo sonrío tomando mi mano con cuidado dejándola sobre la palma de su mano — escribe con tu dedo.
Muerdo mi labio intentado ocultar la gran sonrisa que quería salir de mi sintiendo como mis mejillas se calentaban.
— No necesitamos las palabras para comunicarnos, solo, bueno, las miradas y las sonrisas valen más que mil palabras — hablo el chico tomando mi mano y entrelazarla.
Bueno, el amor es el idioma universal y al final no necesito de mi voz para amar.
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