Capítulo 7: Conociendo a mi familia.

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Cuando salí de mi casa observé a ambos lados de la calle, debía esperar a Patrick para ir a la casa de mis padres. Luego de unos minutos me senté en una banca pequeña. Él llegó a la una de la tarde.

Al ver su auto me puse de pie y subí.

—Tarde —dije apenas cerré la puerta.

—Trabajo —se puso en marcha—, pensé en llamarte, pero adivina —me miró —no tengo tu número de teléfono.

—No tengo —dije, él arrugó su frente.

—¿Qué adulto o niño no tiene teléfono?

Me encogí de hombros.

Muy caros, pensé.

Luego de darle la dirección me preguntó.

—¿Debo comportarme como si te...? —arrugó su frente sin decir la palabra.

—Como si me amaras —continué yo.

—Pues eso.

—Algo así, no exageres. Relájate.

—Estoy relajado —aseguró él, luego me miró—, ¿cómo son ellos?

—Amables, como muchos padres.

—Claro —murmuró.

—No es una cena de negocios ni una reunión para cerrar un trato.

—Ya cerré el trato —dijo él.

—Gracioso. Solo seremos nosotros.

Al llegar a la casa lo miré.

—¿Nervioso?

Él soltó un bufido.

—Para nada.

Sonreí al verlo bajar del auto. Cuando caminamos hacia la casa murmuró.

—Debí comprar algo.

Moví mi mano delante de mí para restarle importancia a su idea.

—No, está bien.

Abrí la puerta y miré hacia la sala.

—Ya estamos aquí —casi grité, él solo me miró y luego alrededor.

Caminó hasta un mueble y observó varias fotografías de mis padres y mías. Me tensé cuando tomó una de mi padre, luego la dejó en su lugar.

¿Por qué seguía esperando que recordara a mi padre?

Mis padres aparecieron por el comedor y sonrieron al verme, llegué a ellos y los abracé, luego apunté al hombre.

—Aquí esta él —dije y lo miraron.

Patrick caminó hasta nosotros.

—Patrick Sinclair —saludó.

Mi padre le estrechó la mano.

—Josep del Monte, ella es Margarita, mi mujer —también estrechó su mano.

—Lamento la tardanza —dije.

—Fue mi culpa, trabajo —dijo Patrick. Mi padre negó.

—No importa, es comprensible.

—¿Deseas que te ayudemos en algo? —le dije a mamá, ella lo pensó.

—Pongan la mesa y luego me ayudas a servir.

—Está bien —miré a Patrick—, sígueme.

Nos movimos a la cocina, mi madre siguió cocinando y mi padre le ayudó.

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