Capítulo 23: Ahora o nunca.

12.4K 1.1K 116
                                    

Otro mes después

No podía seguir con esto, llevaba un mes evitando el tema, pero hoy al volver a ver Alberto, y escucharlo decir tan claro que si no pasaba, el matrimonio no sería válido y por ende el contrato se terminaría, y que por esto yo debería regresar el dinero, me hizo sentir mal.

Mal porque me recordara lo del dinero y también porque no podía devolverlo, no completamente. Había usado la excusa de estar demasiado ocupada por lo de la universidad, el ingreso a clases, los estudios, y otras cosas, como para hacer algo con él, o intentarlo siquiera.

Solo es sexo, dijo la parte racional de mi cabeza, es mi primera vez contra ataco la romántica. A callar, pensé yo. Basta de esto, tenía que hacerlo y punto.

Suspiré y observé a Roger jugar con el muñeco de trapo que le había comprado por séptima vez. El animal tenía una relación de amor y odio con ese muñeco. Si no lo tenía lloraba, si lo tenía, lo destruía a mordiscos y zarandeos.

Volví a suspirar y Paty me observó alzando una ceja.

—¿Qué? —preguntó.

Estábamos tomando el sol tranquilamente, hacíamos eso a veces, sobre todo porque yo debía vigilar al cachorro para que no destruyera las flores de Don Pedro. El hombre casi detestaba a mi mascota, no porque no le gustaran los animales, sino porque Roger amaba también sus flores.

—Nada, solo es que... —miré alrededor y me acerqué a ella —quiero seducir a mi marido.

Ella tomó aire al oírme y me reí de su expresión enseguida. Su marido nos observó con la frente arrugada y siguió trabajando.

—¿Cómo es eso? —dijo confundida.

—Es que —pensé en una mentira lo suficientemente buena—, Patrick ha trabajado mucho y hace tiempo que no... —la miré significativamente, asintió al comprender —y eso, estoy pensando en seducirlo.

Volteó sus ojos.

—No tienes que seducir a tu marido —negó suavemente.

—Claro que sí —me miró enseguida —si no lo hago es aburrido, tengo que tomarlo por sorpresa —asentí como si nada —ya sabes, para que no sea aburrido y todo eso.

Ella abrió y cerró la boca un par de veces sin saber que decir, luego observó la espalda de su marido a lo lejos y se sonrojó intensamente. No pude evitar reírme por eso.

—Oye —me regañó y rio un poco —pero tienes razón en eso.

—Claro que si —solté un bufido.

—¿Y qué vas a hacer?

Volví a suspirar.

—No tengo la menor idea, no quiero solamente lanzarme hacia él, sino más bien al revés.

Ella pensó un segundo y sonrió. Cuando tuvo una idea me la dio y solo asentí como una buena alumna. Solo que ella no sabía que sería la primera vez que haría algo así, con Patrick y con cualquier hombre.

Luego de despedirme de ambos, me preparé para la noche. Dejé todo listo para la universidad en menos de lo que creí posible, luego preparé el baño, y por último observé la comida que Paty había insistido en realizar. Aunque le dije que no lo hiciera no me había escuchado.

Ahora tenía un plan, uno que implicaba la tina del baño, con esto iba a seducir a mi marido. Arrugué mi frente y asentí. Lo haría.

Para que Roger no molestara lo alimenté y dejé en la parte trasera del patio, cuando recordé que él siempre llegaba a cierta hora, salté de la impresión y corrí hacia el baño. Me desnude muy rápidamente y dejé todo como si no lo hubiera planeado, me metí en la tina y esperé. Nerviosa miré mi cuerpo, moje mi cabello como si me bañara en serio.

Solo Son NegociosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora