Capítulo 22: Una situación incomoda.

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Casi un mes después

Un día el teléfono de la casa sonó y Patrick contestó enseguida, él arrugó su frente luego de escuchar y me miró por varios segundos, imité su ceño. Él extendió el teléfono hacia mí.

—Es para ti —murmuró.

Arrugué mi frente y lo tomé.

—¿Si? —dije.

—Hola Ana Luisa, soy Alberto.

—Mm, hola —sonreí y miré a Patrick que tenía, aún, su frente fruncida —¿A qué se debe esta llamada?

—¿Podemos vernos mañana? —arrugué mi frente.

—Claro —murmuré.

—Ve a mi oficina, ¿conoces la dirección?

—Sí, la conozco.

—Bien, nos vemos.

—Adiós —colgué. Luego miré a Patrick.

—¿Qué quería? —sonreí.

—Hablar conmigo, qué más —entrecerró los ojos y dejó pasar el asunto.

Me pregunté qué querría el abogado de Patrick de mí.

***

—¿Qué quieres decir? —le pregunté al abogado.

Era temprano y estaba en la oficina de Alberto, sentada frente a él con su escritorio entre los dos. Él me acababa de decir algo, pero no podía ser cierto.

—Lo que oíste —dijo calmadamente —le pregunté a Patrick, pero él solo arrugó su frente y me dijo que olvidara esa tontería, por eso te lo pregunto a ti.

—Mm —me limpié la garganta —yo no creía que eso fuera necesario.

—Es un tecnicismo —alcé una ceja en su dirección —mira, este matrimonio debe ser lo más real posible y en un matrimonio real las... —se sonrojó levemente —relaciones íntimas son la consumación del contrato matrimonial.

—¿Contrato matrimonial? —murmuré.

—No el que hicieron si no el real, el común, el que implica responsabilidades y derechos, ese, por eso deben, aunque sea una vez tener... —miró hacia otro lado.

—Relaciones íntimas —le ayude.

Asintió y suspiró.

—Sí.

—Yo no entiendo...

—Si pasa el año y su padre averigua que ustedes nunca tuvieron relaciones, sería fácil para él decir que el matrimonio no fue real y por ende el acuerdo entre ellos no estará cumplido.

Asentí al comprender.

—Entonces debo tener... —ahora yo me sonrojé.

—Sí, se lo dije a Patrick, él lo sabe.

—¿Hace cuánto?

—Un mes—. Hice una mueca.

—Con una vez es suficiente —asintió—, veré que puedo hacer.

Él suspiró y se puso de pie, lo imité.

—Lo siento, sé que no era parte del plan y no se me ocurrió aclararles esto antes, pero... es necesario.

—Entiendo —murmuré.

Luego de despedirnos caminé en silencio por el pasillo y salí del edificio. No podía creer que para evitar problemas en un futuro con el padre de Patrick debíamos tener relaciones íntimas, teníamos que hacer el amor, tener sexo.

Increíble.

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