Rousuke Kitahara apodado Ryuuji es un humano algo extraño algo... "salvaje", en otros terminos este llega a la academia Seton y conoce a Jin y a los demas integrantes del club de cocina y viven aventuras divertidas y otras no tanto debido a algo que...
Academia privada Seton, una academia para animales en la que sobrevive el más más fuerte o el más apto.
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Madaraba Yena, una hiena manchada que se volvió popular, debido a que con el tiempo fue derrotando a una gran cantidad de leones ella sola.
Y como ya nombro Ryuuji en capitulos anteriores, las hienas solo pueden vencer a los leones en manada.
-¡¡Gyaaa!! ¡¡Toma!!- exclamaba un león atacando a Yena con una gran furia.
-Que cobardes ¿Atacando varios a la vez?-
Con el solo pasar de unos segundos Yena ya había derrotado a los leones sin problema alguno.
-Maldita hiena... Esto no va a quedarse así...-
-¡Tranquilo hermano! ¡Yo me encargo!-
Un león enorme salió de entre los árboles atacando a Yena, el gran golpe hizo que la hiena volverá golpeándose contra un árbol. Intentando frenar el impacto Yena termino dejando todo el peso de su cuerpo sobre su brazo derecho que por suerte solo provocó dislocación.
-¡Ahg! ¡¡Malditos cobardes!! ¡Atacar por la espalda! ¡Eso no es de machos!- grito enfurecida.
-¿Machos? ¡Pero si tú eres una hembra jajaja! ¿O acaso lo olvidast...-
Un abundante olor a carne corto el diálogo del león, el cual camino como su estuviera hipnotizado hasta unos arbustos que se situaban detrás de Yena.
-Whoa... ¿De dónde proviene ese olor tan delicioso?-
-¡Oye hermano! ¡¿A donde vas?! ¡Vuelve! ¡Derrotemos a esa hie...¡Gyaa!- el león termino estampado contra el suelo por Yena, quien logro hacerlo con solo un brazo.
-Hazte un favor y no te levantes, maldito cobarde...- dijo enojada mientras lo veía con despreció.
En medio de la arboleda el enorme león caminaba olfateando el olor de la carne, al cabo de unos minutos llego hasta una fogata con un enorme trozo de carne atrevsado por un palo asandose sobre la fogata.
-¡Whoa!, ¡¡Cuánta carne!!-
El león corrió babeando tras carne, pero no logro percatarse de un gran hoyo en la tierra que estaba cubierto por ramas y hojas, el animal termino cayendo dentro de el.
-Ugh... ¿Que demonios?- se preguntó levantándose y viendo lo profundo que era el pozo.
Mientras tanto Yena a toda velocidad llegó hasta el lugar.
-¿Eh? ¿Porque me escondo?-pensó asomándose de detrás de un arbusto.
-Jaja, Oye ¿Enserio no notaste la trampa?, Los leones son igual de distraídos que los venados o los conejos, caen fácilmente en las trampas- expresó muy presumido Ryuuji apareciendo de detrás de un árbol.
