Un buen día

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Agosto de 2016

Laura se coge una coleta alta y acaba de maquillarse mientras su madre la observa desde la cama.

- ¿Y cómo es eso de que habéis quedado? Pensaba que no querías saber nada de él

- Mamá, no empieces, por favor

- Si yo no empiezo nada... no entendí que no quisieras volver a verlo y 10 años después no entiendo que de pronto vuelvas a quedar con él

Laura coge el bolso, se acerca a su madre y le da un beso en la cara. No tiene ganas de entrar en explicaciones, ni de entonces ni de ahora.

- Me voy, llevo llaves, no sé a que hora llegaré

- Si no vas a venir, avisa

- Si mamá, tengo 32 años, pero no te preocupes que te aviso si no vengo, algo que, por cierto, no va a pasar

La deja en la habitación y sale por la puerta, se despide de su padre que está leyendo en el salón y ni pregunta. Siempre ha sido más de mantenerse en la sombra y esperar a que su madre le caliente la cabeza con cada una de las malas decisiones que toma su hija.

En la puerta le espera ya Fran en el coche. Se sube en el sitio del copiloto y le da dos besos.

- ¿Lista para pasar un buen día?

- Eso seguro, pero no sé dónde me vas a llevar con el calor que hace

- ¿Has cogido el bañador?

- Sí, he cogido todo lo que me has pedido, pero no sé que voy a hacer con bañador y sin toalla...

- No seas impaciente - le sonríe - ahora lo verás

Fran conduce hasta el centro de la ciudad y aparca en el parking público. Se bajan del coche y comienzan a caminar hacia una de las plazas principales. Cuando Laura ve dónde se encuentran empieza a alucinar.

- Pero... ¿en serio me has traído a un hotel? Tú estás peor de lo que yo pensaba si piensas que vamos a subir ahí...

- No flipes, anda - le dice cogiéndola del brazo - no he reservado ninguna habitación

Cuando entran Laura lo comienza a entender. Fran ha reservado una sesión de hora y media en unos baños termales situados en los bajos del hotel. Se siente enrojecer de la vergüenza por haber malinterpretado la situación pero no le da tiempo a que él la vea. Una chica muy solicita la acompaña al vestuario para que se desmaquille y se ponga el bikini y cuando está lista le da un albornoz. Cuando sale del vestuario, Fran ya la está esperando.

Bajan hasta la planta de abajo y ahí se quitan los albornoces y se quedan en bañador. La azafata les explica las propiedades de cada una de las piscinas. Deciden empezar por la de agua templada.

- Es un sitio alucinante - dice Laura admirada - te ha tenido que costar una pasta

- Eso es lo de menos - sonríe Fran - lo importante es que lo pasemos bien

Laura se sumerge y nada hacia él, tirando de su pierna y hundiéndole como cuando eran unos críos. Cuando sale casi no le da tiempo a respirar y es él quien la sumerge. Entre risas salen a la superficie. Hay cosas que no cambian. Un par de parejas más entran en la sala, rompiendo el momento y obligándose a comportarse como los adultos que son, aunque por dentro se sientan como dos chiquillos.

Pasan allí la hora y media reservada, tras lo que vuelven a pasar por los vestuarios, se duchan y se visten. Laura sale con el pelo mojado y sin gota de maquillaje, no ha echado nada en el bolso, no pensaba que fuera a necesitarlo. Fran la está esperando en la puerta.

El hilo invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora