Nunca Más

5 0 0
                                    

Verano de 2006

Laura está borracha. Muy borracha, de hecho. Entra en la caseta buscando a Fran y lo ve en el medio de la pista. Camina todo lo rápido que las cuñas le permiten hasta allí e intenta besarle pero nada sale como espera. Fran se aparta y se ríe, se da la vuelta y sigue bailando la canción de Tiziano Ferro que vuelve cada verano con la Feria. Laura se queda paralizada por unos segundos y a continuación recoge la poca dignidad que le queda y sale con paso firme por la puerta.

Hasta esa noche hacia dos años que Laura y Fran no se veían. De hecho, ni siquiera han hablado en todo ese tiempo. Su sexto sentido le dice sin embargo que ese día puede ser diferente, no es nada concreto, es solo una sensación en el estómago que le dice que ese será el día, por eso a la hora de la cena apenas es capaz de dar dos pinchadas a las tapas, algo que no es nada bueno, especialmente si luego tiene pensado beber.

Laura vuelve a sorprenderse de que su instinto no le haya fallado cuando a primera hora de la noche coinciden en el Parque, haciendo botellón a apenas dos metros, sin embargo, siente que le tiemblan las piernas. Tanto es así que se bebe la copa de un trago, para armarse de valor, cuando lo ve acercarse con su mejor sonrisa de seductor.

Fran se acerca y le da dos besos

- ¿Cómo estás? - le pregunta

- Muy bien ¿y tú?

- Ahora un poco mejor...

Laura sonríe como una imbecil

- Lo decía por esa rubia que acaba de llegar... pufff

Se queda paralizada y no da crédito

- No pensarías que era por ti... jajajaja, por favor Laura... hace tiempo que aspiro a algo más

Cree que su boca no se puede abrir más. No es solo sorpresa, es sentir que no lo conoce de nada.

- Fran será mejor que te pires - le dice muy bajito

- Sí, tranquila, aquí no se me ha perdido nada

Laura intenta entender qué ha pasado y por qué la desprecia tanto, pero no lo consigue. Le cuenta a Luisa todo lo que le ha dicho y ella tiene un diagnóstico claro, solo quiere provocarla porque en el fondo sigue colgado por ella, como siempre. Esa noche se pelearán y dentro de tres días andarán comiéndose la boca por las esquinas. Y es eso lo que la anima, por eso cuando salen del botellón va directamente a buscarle y a iniciar por la vía rápida y sin rodeos lo que sabe que finalmente va a acabar pasando.

Pero no es así. Él la esquiva y sus amigos ríen y aún tiene tiempo de escucharle decir algo que termina de romperle el corazón

- ¿Lo veis? Os dije que la tengo loca desde que íbamos al colegio

***

Fran se queda mirándola mientras sale por la puerta mientras sus amigos siguen riéndose de ella. Sabe que ha hecho lo que tenía que hacer pero en el fondo solo siente una pena inmensa porque sabe que desde ese momento la puerta se ha cerrado para siempre. Sabe lo orgullosa que es y la humillación de esa noche no se le va a olvidar en la vida.

Lo ha planeado rápido cuando la ha visto en el botellón. Durante los últimos dos años ha conseguido evitarla, esquivandola en los bares del Puerto, fingiendo no verla en la playa, cambiando los sitios habituales cuando sabía que estaba por allí... pero esa noche se ha descuidado y ha decidido que todo será más fácil si es ella la que no quiere volver a verle.

Cuando se acerca a saludarla nota como tiembla y aunque no quiere él también siente como las piernas no terminan de responderle. Por eso, porque tiene que alejarla lo antes posible, se comporta como un auténtico imbecil y puede ver la decepción en sus ojos.

De ahí su sorpresa cuando se acerca a él en la caseta, tan decidida como nunca la ha visto, no se puede imaginar lo que va a hacer. Cuando la ve dispuesta a besarle decide esquivarla, dejándola con cara de idiota y sin saber qué decir. La ve paralizada por la sorpresa y también por la decepción. Ya está seguro de que lo ha conseguido. Ella no lo va a volver a intentar.

Aún vuelve a verla una vez más esa noche. Al principio baila con Luisa y sus amigas pero en un momento dado ve como se cuelga del cuello de un tío y empieza a comerle la boca en mitad de la caseta mientras sus amigas la vitorean.

- Tu amiga no ha perdido el tiempo - le dice uno de sus colegas - estaba caliente y lo mismo le valías tu que otro... un poco putilla, la madrileña

Fran no le da opción a seguir hablando y lo tumba de un puñetazo antes de salir de la caseta.

****

- No quiero que volvamos a hablar de él nunca más - le dice Laura a Luisa un par de tardes después

Están sentadas en la terraza de una cafetería con vistas a la playa, donde han estado tomando el sol gran parte del día. Su amiga asiente y le coge de la mano.

- Ha sido un gilipollas, pero no te preocupes que ya le cogeré yo por banda.

- No, tampoco quiero que le vuelvas a hablar de mi. No quiero que sepa lo que hago, ni donde trabajo ni si me va bien o mal. No quiero que sepa si estoy viva o muerta.

- Tampoco vayamos a ponernos tan dramáticas - le sonríe su amiga - ha sido un imbecil pero vosotros siempre acabáis arreglando las cosas

- No, Luisi, esta vez no hay nada que arreglar. No quiero verle nunca más.

***

Verano de 2007

Si alguien se lo hubiera dicho hace 10 años no lo hubiera creído y, sin embargo, ahí está. Una vez más Laura se dispone a iniciar una nueva vida en una ciudad diferente.

Deshace las cajas y comienza a colocar las cosas en su nueva casa. La primera de su vida independiente, lejos de Madrid y de su familia. Cuando abre una de las del dormitorio un oso blanco asoma su hocico con su pajarita de cuadros verdes y negros.

- Señor Oso - le dice al peluche - creo que necesita usted un buen lavado.

Lo mete en la lavadora mientras termina de sacar el resto se cosas, entre ellas la caja de las cartas y los poster que se sienta a revisar como si tuviera todo el tiempo del mundo. De entre todas una letra llama su atención, coge el sobre y de él cae un cromo de Julen Guerrero. Sonríe al recordar a aquel chico de pelo rubio que le dedicaba goles y siente una pena inmensa al recordar en lo que se ha convertido.

El hilo invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora