Os tenéis que aguantar

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Octubre 1997

Ha transcurrido más de un mes desde la vuelta a las clases y Laura y Fran siguen en el mismo plan. No solo no se dirigen la palabra, sino que cuando lo hacen es para insultarse y fastidiarse el uno al otro. Una situación inaguantable para sus amigos que empiezan a hartarse de ellos y de no poder hacer planes con los dos compartiendo espacio vital. Tanto es así que una tarde de viernes, en la que los dos se han negado a salir ante la posibilidad de que apareciera el otro, Carmen, Luisa, David y Miguel celebran en su banco del parque de siempre un cónclave en el que determinan que a partir de ese día no se pondrán del lado de ninguno de los dos y que si quieren seguir siendo sus amigos tendrán que aguantarse mutuamente y respetarse.

- La situación es insoportable - asegura Miguel muy serio - porque en el fondo lo único que les pasa es que se siguen gustando. Son unos imbéciles y no puedo soportar ni un minuto más que Fran me ponga la cabeza como un bombo con cada uno de los feos que le hace Laura

- Pues no te puedes imaginar los que son las vueltas a casa con Laura - sigue Luisa - durante todo el camino solo enumera todas y cada una de las cosas que le ha hecho Fran ese día. Yo de verdad que voy a tener que comprarme unos tapones para no escucharla porque me está volviendo loca

David y Carmen asienten. Saben bien de lo que hablan sus amigos, ellos también lo están sufriendo y no quieren seguir así. Está claro que tienen que hablar con ellos y elaboran la estrategia, los sentarán en el patio a la hora del recreo y les dejarán claro que o se respetan o no cuentan con ellos.

***

Laura no entiende muy bien esas prisas de las chicas por hablar en el recreo. En uno de los cambios de clase coincide en el pasillo con Alejandro y le dice que ese día no podrá ser su pareja de voley. Le avisa con tiempo para que pueda buscar a alguien. Cuando llegan al banco del patio los chicos ya están allí, también Fran, y trata de huir en dirección contraria pero sus amigas se lo impiden, obligándola a sentarse.

- Vale - dice Carmen - ahora que estais aquí los dos

- Obligado - apuntilla Fran

- Sí, obligados los dos por una buena razón - interviene Miguel

- Continúo - sigue Carmen - ahora que estais aquí los dos tenemos que hablar seriamente con vosotros. Queremos que sepais que esta es una reflexión conjunta, de los cuatro, que lo hemos pensado mucho y llevamos varios días hablándolo...

Laura intenta protestar pero no la dejan

- Sois nuestros amigos, os queremos pero no podemos seguir aguantando esta situación. No sabéis lo complicado que se nos hace escucharos poniendoos verdes. No es agradable y no es justo. Si tenéis un problema debéis hablarlo y resolverlo y si sois unos niñatos y no queréis hacerlo, no podéis seguir empleandonos para desahogaros. Os hemos dejado un margen de tiempo pero esto no hace sino ir a peor... asi que tenéis que tomar una decisión: os tenéis que aguantar y respetar y si no lo hacéis, no podréis volver a salir con nosotros.

Fran y Laura se miran ojipláticos

- ¡Todo esto es culpa tuya! - le grita Fran - Mira lo que has provocado

- ¿Mía? - grita ella - Eres tú el que me provoca a cada momento con tus tonterias y tus niñatadas. ¡Me tienes harta!

Siguen gritándose durante algunos minutos hasta que se dan cuenta de que sus amigos se han levantado y se han ido. Les han dejado solos.

- ¿Y ahora qué? - le pregunta Fran aún furibundo

- Ahora nada... quedate tú con ellos... yo estoy más que acostumbrada a volver a empezar. Además, tampoco creo que me quede mucho más tiempo por aquí. No os necesito a ninguno.

Laura se gira y se marcha. Cuando suena el timbre vuelven a clase y Laura no le dirige la palabra a ninguno de sus amigos. Al sonar el timbre sale rápido y se va sola a casa. No los necesita, puede vivir sin ellos y eso es lo que piensa hacer.

***

Han pasado varias semanas desde que sus amigos les sentaran en el patio y Fran ha vuelto a la vida normal con la pandilla. Laura, sin embargo, no ha vuelto a hablar con ellos. Sigue compartiendo mesa con Luisa en clase, pero ni la mira y en los recreos solo juega al voley con Alejandro, sin relacionarse con nadie más. Algunos días, cuando todos van camino de casa, la ven por delante, sola, sin mirar atrás. Sigue bastante enfadada.

Desde aquel día tampoco han vuelto a pelearse. Simplemente se ignoran. Y aunque debería sentirse bien por haber recuperado parte de su vida, Fran no puede evitar sentirse algo culpable. Especialmente después de su cumpleaños, cuando todos fueron a cenar a la hamburguesería y Laura pasó por la puerta y los vió. Casi ni los miró, simplemente pasó de largo.

Realmente no era eso lo que él quería cuando volvió de vacaciones pero las cosas se les han ido un poco de las manos. O un mucho. Pensaba que después de la pelea en el banco, Laura aprovecharía para salir con Alejandro y los de la otra clase, pero tampoco lo ha hecho y eso que le consta, se lo ha contado Tamara, que él ha intentado en varias ocasiones que se uniera a sus planes... todas sin éxito.

Una de esas tardes, cuando va camino de casa la ve sentada en su portal con un libro entre las manos y controlando como juegan en el parque sus hermanos pequeños. Aunque el corazón le pide acercarse a hablar con ella, no lo hace. En realidad teme que vuelva a gritarle o empeorar las cosas aún más.

Las pruebas del equipo de voley han sido ya también y Laura sigue en el equipo escolar. Eso sí, este año es ya de las mejores. Las chicas dicen, sin embargo, que se limita a entrenar y que allí tampoco habla con ellas. Es como si todos hubieran desaparecido para ella, como si no estuvieran.

Finalmente, un día se arma de valor y cuando salen de clase la alcanza casi llegando a casa

- ¿Me estás siguiendo? - le increpa

- Pufff, vengo en son de paz, no me lo pongas más dificil

- ¿Qué quieres?

- Solo hablar contigo...

- Pero es que no tenemos nada de que hablar...

- En realidad sí, Laura. No puedes seguir así, ignorando a todos. Ignorame a mi si quieres pero no sigas haciéndolo con los demás.

- Fueron los demás los que tomaron una decisión, no yo. No creo que les importe nada lo que haga o deje de hacer

- No seas injusta... Luisa está fatal

- ¿Que yo soy injusta? - Laura lo mira de arriba a abajo con desprecio y amaga con irse pero Fran no la deja

- Sí, eres injusta. Ellos solo querían que dejáramos de pelearnos y eso ya lo hemos hecho. En realidad lo hicimos desde ese mismo día, no tenías que dejar de lado a todos, cumplimos con lo que nos pidieron

- Ya, pero es que no quiero compartir espacio contigo. No puedo. No después de lo que me hiciste en verano, no después de que me llamaras gorda y no después de que hables con Tamara como si fuera tu amiga o tu novia o lo que sea, que a mi me da igual lo que hagas pero ella me pegó...

- Ah... y tú si puedes hablar con Alejandro como si nada

- Otra vez - le grita Laura - ¡Qué empezaste tú!

- Vale - admite - empecé yo. Pero insisto en que los demás no tienen culpa, por eso te pido que lo pienses  y que intentes que todo vuelva a la normalidad por lo menos con tus amigas.

Fran se da la vuelta y se va. Ya ha dicho todo lo que tenía que decirle. Ahora ya está en su mano seguir estando sola. Si lo hace, es porque quiere. No se sentirá culpable más.

El hilo invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora