A solas

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Enero 1998

Laura se siente mal porque ha mentido a su madre pero sabía que era la única opción de estar donde está ahora, esperando en la cola del cine, sin adultos ni amigos, solo con Fran. Nunca antes había salido sola con un chico y aunque es muy emocionante, también es un poco raro, sobretodo porque no para de preocuparle encontrarse con alguien que pueda decirle a su madre que estaba sola en el centro.

La película que elige Fran es una de acción y nada de amor, pero a Laura no le importa. En realidad lo único que quiere es poder estar con él en la sala, un lugar lo bastante oscuro para besarse sin que nadie los descubra, cogidos de la mano.

Las últimas semanas, desde la visita del puente de diciembre y la tarde en el billar, han sido increíbles. Nada de peleas y eso que han pasado muchísimo tiempo juntos, tanto en vacaciones como ya con las clases empezadas.

Le encanta sentirse cerca de él, tanto como en ese momento en el cine, en el que a oscuras siente sus labios, y también su lenga explorando en el interior de su boca. Le gustan sus besos y no lo puede evitar. Cuando él la besa siente algo inexplicable, un calor que recorre su cuerpo, desde el dedo gordo del pie hasta el último pelo de la cabeza y a la vez un montón de mariposas en el estómago que luego, cuando se queda a solas, no la dejan comer, ni dormir, ni pensar.

Cuando la película termina, ponen camino al barrio andando de la mano por la calle, algo que es también una gran novedad y un avance respecto a todo lo anterior. En el parque les esperan sus amigos que aunque están ansiosos por conocer los detalles de esa primera salida en solitario, prefieren dejar la conversación para cuando estén a solas, chicos por un lado, chicas por el otro, y centrarse en lo verdaderamente importante: el viaje de fin de curso.

En apenas dos meses, a mitad de marzo, todos ellos estarán en un autobús camino de París. Recorrerán toda la península y gran parte de Francia de sur a norte para subir a la Torre Eiffel y pasar un día en Eurodisney. Están tan emocionados que no pueden hablar de otra cosa. Hace semanas que están grabando cintas de casette con sus canciones favoritas para las decenas de horas de viaje y hace apenas unos días les han confirmado que finamente las habitaciones serán de tres con lo que ninguno tendrá que separarse. Laura, Carmen y Luisa dormirán juntas y Miguel, Fran y David, también. Eso sí, en todos los hoteles por los que irán pasando en su viaje, los chicos dormirán en una planta y las chicas en otra.

Después de pasar un rato con la pandilla en el parque, Fran propone a Laura acompañarla a casa. Queda un rato para la hora a la que tiene que llegar pero ella ya sabe lo que eso significa, así que asiente, ansiosa por esos minutos más que le robará al reloj con sus besos, escondidos en cualquier recoveco, lejos de miradas indiscretas.

***

Cuando por fin la deja dentro del portal, Fran no puede dejar de pensar en ella. Sigue pensando en ella durante todo el camino a casa y es que cree que le duelen los labios de tanto besarla pero seguiría haciendo igualmente si pudiera. Todo es diferente al año anterior, además ahora él es un poco más alto que ella (por fin) y puede echarle el brazo por el hombro, algo que hasta hace poco no podía hacer. Y eso le gusta.

Camino del cine estaba nervioso, nunca había salido solo con nadie, y ha sido divertido, aunque al final ya tenía ganas de estar con sus amigos en el parque. No es que no quisiera estar con ella, era simplemente que se sentía un poco raro y tenía miedo de que alguien los viera solos y se chivara a sus padres o, lo que era peor, a los padres de Laura.

En el parque Miguel ha intentado sonsacarle como ha ido todo en el cine pero él se ha negado a darle ningún detalle, le da vergüenza hablar de esas cosas y cree que, al final, deben quedar entre ellos dos, aunque teme que Laura acará contándoselo todo a Luisa y esta no tardará mucho en contárselo a él. En realidad, si se centraran más en lo suyo y menos en lo ajeno igual les iba mejor. Llevan medio año de tira y afloja sin que pase nada... Y se gustan, eso lo ve cualquiera, que tenga ojos en la cara.

Una de las mejores cosas de la tarde ha sido seguir planeando todo lo que van a hacer en el viaje de fin de curso. Recuerda como a principios de curso Laura dijo que no iba a ir, pero finalmente, cuando fueron capaces de hacer las paces, entre todos la convencieron para que no se lo perdiera y ya quedan menos de dos meses. Quizá ese sea el momento en que Miguel y Luisa den el paso hacia delante que les falta... Así podrían ir al cine los cuatro juntos y no solos como hoy y habría menos posibilidades de que los pillaran.

Cuando entra por la puerta de casa su madre está en la cocina.

- ¿Qué tal la tarde?

- Muy bien, mamá

Le mira

- ¡Uy! Pero que colorada traes la boca

Fran se siente morir por dentro y sale corriendo hacia su habitación mientras que las risas de su madre, ante su reacción de pavor, siguen sonando en la cocina, tanto que hasta su padre se acerca para saber qué le pasa.

- Nada, cariño - le contesta - que tu hijo es muy divertido

El hilo invisibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora