Capítulo 8.

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La rubia salió de la plaza y fue directo hacia donde se encontraban las escaleras de emergencia del lugar, parándose afuera de la entrada del último piso, a lo que luego de fijarse que no hubieran cámaras o gente cerca, se destransformó...

-Ay Plagg... Eso estuvo cerca, por poco Matías me descubre...

-Si, lo bueno fue que como toda buena heroína, pudiste mentir y engañarlo para que no te descubriera...

-Odio mentir, pero como dices... Así es esto... Además ya tengo una excusa preparada para dar...

Metió la mano a la bolsa de su chaqueta y sacó una bolsita de plástico, la cual abrió para sacar un pedazo de queso camembert que traía, dándose cuenta que se había apachurrado un poco...

-Oh no... Plaguita... Tu queso se aplastó...

-No hay problema, Brisa... Lo importante no es lo físico, sino el sabor...

-¿De verdad?

-Claro, ahora dame ese delicioso queso...

-Toma, —se lo da— solo apresurate porque si no entro, pueden sospechar...

-Descuida...

Dijo despreocupado antes de comerse de un solo bocado el queso bajo la mirada sorprendida de la rubia que después cambió su expresión a una de asco al oír y ver al pequeño gato erectar, soltando el olor del queso...

-¡Iuck!, —tapándose la nariz— que asco, Plagg...

-¿De qué te quejas?... Los humanos también eructan...

-Pues si, pero no prácticamente en la cara de otro... Realmente se notó que comiste camembert...

-Meh... Como sea, lamento haber eructado en tu cara... —sobandose la panza— Eso estuvo delicioso... ¿Ya entramos con tus amigos?...

-Si, vamos...

Mencionó abriendo un poco el bolsillo de su chaqueta para que el kwami se escondiera y abrir la puerta de las escaleras de emergencia para entrar a la plaza, comenzando a caminar hacia la zona del cine, no sin antes pasar rápidamente al baño para tirar la bolsa donde traía el camembert y lavarse las manos, continuando su camino hasta llegar a aquella zona, volteando extrañada a los lados al no ver a ninguno de los chicos con los que había llegado, por lo que algo desconcertada sacó su celular y marcó a su mejor amigo, quien pocos segundos tardó en contestar...

-¿Matías?

-Brisa, ¿eres tú?

-Obvio, ¿en dónde están?... Estoy en donde hace rato estábamos y no los veo...

-¿Qué haces ahí?

-Ammm... ¿Esperándolos?...

-No, me refiero a como es que llegaste ahí...

-Solo salí de donde estaba escondida, caminé y ya...

-Ay, no... Esperanos ahí, Justin y yo estamos en el primer piso porque te andábamos buscando...

-De acuerdo, aquí los espero...

-De casualidad, ¿contigo no está Alexander o no lo ves por ahí?...

-No está conmigo... Dejame ver si no está cerca... —voltea a sus lados y se mueve un poco para buscarlo con la vista— No, no lo veo... ¿No lo encuentran?

-No...

-¿Y por qué no le marca Justin para preguntarle en dónde está?

-Ya le marcó pero no le contesta...

"Brisa Bourgeois".|Segunda parte de "¡Este no es mi cuerpo!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora