Varias horas pasaron, la noche ya caía en la ciudad de París y la Agreste se encontraba sentada en la esquina de la gran "entrada" de la mansión que era de su abuelo paterno mientras observaba el féretro donde yacía el cuerpo del mismo; sus ojos se encontraban acuosos a la par que alrededor de ellos había un aura rojiza en señal de las muy recientes lágrimas que había derramado, la punta de su nariz roja y su rostro pálido no mostraban ni una pizca de lo alegre y energética que ella solía ser, sino al contrario, se encontraba "vacía", soltando lentas y pesadas lágrimas en cada parpadeo y suspiro que daba.
Se sentía triste, dolida y destrozada, había perdido a su abuelo y a la persona que ella consideraba como su segundo padre.
Jamás creyó que las cosas fueran a suceder así, sobre todo porque le dolía el hecho de que su abuelo hubiera fallecido de una manera dolorosa donde su corazón ya no soportó el seguir latiendo.
Lamentablemente sabía que esta no era una horrible pesadilla de la que pudiera despertar, pues estaba más que consciente de que esta era la realidad.
Desvío su mirada del féretro para ver a su padre quien a pesar de sentirse profundamente triste, trataba de asimilar con calma las cosas mientras abrazaba a su hermana menor que todavía no lograba procesar el tema de la muerte, movió su vista para ver a su madre, la cual hablaba con sus abuelos que al igual que los pocos presentes de ahí, lamentaban la pérdida.
Por varios minutos más, quiso permanecer sola, simplemente observando todo, al menos hasta que su vista se detuviera en una mujer de larga cabellera café que se encontraba amarrada con una trenza, aquella mujer vestía de un largo pero elegante vestido negro, acompañado de una boina y lentes del mismo color, a quien ella no reconoció, pero atrajo su atención al ver como sus padres se acercaban a ella para intercambiar unas cuantas palabras que no eran audibles a ella, pero que no por eso, dejó de observarlos...
-Buenas noches... —se acercó el Agreste junto con su esposa— Disculpe... ¿Busca a alguien?...
-Adrien, Chloé... ¿Acaso no me reconocen?
-¿Uh?... —confundido— No... ¿Quién es usted?...
-Soy yo... —se quitó las gafas oscuras, dejándoles ver su identidad, cosa que los sorprendió— Lila Rossi, ¿ya me recuerdan?...
-Lila... —habló la rubia— ¿Qué haces aquí?... Lleva más de 15 años desde que no te veíamos...
-Si, es que me fui a vivir un tiempo a Italia y hace un par de meses regresé a arreglar unos asuntos que tenía pendientes aquí en París... Pero en cuanto supe que el gran Gabriel Agreste había fallecido, sentí horrible porque en algún punto ambos trabajamos juntos, —volteó a ver al rubio con una mirada de lástima— además de que pensé que esto sería un golpe muy fuerte para Adrien y pensé en venir a darte mi apoyo y consuelo... —tomó su mano y sin pudor, la acarició con coquetería— Después de todo, él era tu amado padre...
-Eh, —quitó rápidamente su mano y abrazó a la Bourgeois— si, es un golpe muy fuerte para mi, pero afortunadamente tengo a una mujer espectacular e inigualable como esposa a mi lado, con quien todo duele menos... —la volteó a ver y depositó un beso en sus labios— De igual manera, gracias por tu pésame...
-Emmm... Ajá... También lo lamento por tus hijas, seguro están devastadas...
-Si, es obvio, perdieron a su abuelo, quien era como su segundo padre... —afirmó la rubia— Pero así es la vida...
-Supongo que a quien más le pegó, fue a su hija mayor... Mmmm... Estoy tratando de recordar su nombre pero no lo recuerdo... Quiero decir, es quien más tiempo pasó con él
-En gran parte tienes razón, pero bueno, —habló el Agreste— gracias por venir, te dejamos porque tenemos que ir con otras personas... Nos vemos...
Sin más comenzó a caminar junto con su esposa en dirección con otras personas bajo la mirada de la menor que había observado todo lo sucedido a detalle, sintiéndose molesta por aquel descarado gesto que la mujer había hecho, pero su sorpresa e incomodidad fue mayor al ver como la misma giraba su cabeza para verla e iniciar a caminar en su dirección hasta llegar con ella...
-Hola nena, ¿tú debes ser Brisa, no?
-¿Quién es usted?
-Mi nombre es Lila Rossi... —dijo sin notar la sorpresa que había causado en la blonda— Soy excompañera de tus padres y antes trabajaba con tu abuelo... Te conocí cuando eras una pequeña de 4 o 5 años cuando tu papá te traía de aquí para allá en su trabajo, siempre te presumía con todos diciendo que eras su princesita... Era muy tierno, sobre todo cuando imagino que tú pudiste haber sido nuestra hija y no sólo de él con tu madre...
-¿Disculpa?
-Bueno, tu padre y yo en nuestra etapa de adolescencia éramos muy cercanos, incluso tuvimos una sesión de fotos que estuvo de lo más tierna, creía que él y yo terminaríamos casandonos y teniendo una hermosa familia, todos creían que nos casaríamos, hasta tu abuelo que me decía nuera y yo le decía suegro, pero todos nuestros planes se fueron al diablo cuando tu mamá comenzó a meterse en NUESTRO camino, fue una traición muy fuerte porque ella y yo éramos como mejores amigas, al inicio pensé que era genial que el chico que me gustaba y mi mejor amiga hablaran y se llevaran bien, pero con el tiempo ellos empezaron a salir sin mi, comenzaron a dejarme de lado y un día simplemente eran pareja...
-Busquese a alguien más que le crea esa mentira... No venga conmigo porque yo sé la verdad de lo sucedido... Usted no era amiga de mis padres, sino al contrario, usted siempre trato de separarlos junto con la ayuda de mi abuelo, pero cuando él desistió de ello, usted siguió por su cuenta... ¿No es así?...
-Jummm... —sonrió de lado— Ya veo que tu amado abuelo te contó toda la verdad antes de morir, eso me intriga mucho... ¿Pero te fue al 100% sincero?
-¿Qué es lo que quiere causar?
-Nada, solo abrirte los ojos, creeme que esta asombroso que tengas a tu abuelo en un pedestal y que pienses que él fue un hombre recto pero, no siempre fue así... Tu llegada lo cambió demasiado porque ahora tú eras su pequeña estrellita, aunque eso no quitaba sus crímenes pasados... Agreste lastimó a mucha gente inocente bajo un propósito egoísta y nada altruista, un propósito que al final murió, literalmente... —soltó una risita de forma gutural— Tanto años de su vida desperdiciados para nada... Que pena... Tu abuelo era un criminal que nadie atrapó...
-No se atreva a hablar así de mi abuelo, —se puso de pie molesta— mejor váyase de aquí...
-Ay, por Dios, te enojas de la verdad... —se puso de pie— Tienes suerte de ser hija del que pudo haber sido mi esposo y de que no quiera lastimarte, sino ya hubiera...
-Ya hubiera, ¿qué?...
-Ya me hubiera entrometido entre tus padres... Un buen conjunto de lencería de encaje, unas cuantas horcajadas y listo, el feliz matrimonio de ambos finalmente terminado...
-Conozco a mi padre, él no se metería con alguien como tú...
-Cuando hay calor, los hombres no piensan con la cabeza, bueno, no con la de arriba... Pero descuida, no me metería con algo usado, simplemente lo haría para consumar una de mis venganzas... ¿Sabes?... Tu padre siempre tuvo la oportunidad de tener a quien quisiera a sus pies, o sea, todas estaban locas por él y él se fue con alguien como tu madre, pfff, eso es caer muy bajo... Pero en fin, ya me iré, es un velorio, luego habrá tiempo para las verdades ocultas, disfruta tu noche... Por cierto, que lindo anillo, veo que tu padre te lo heredó... ¿No?
-Uh, —metió las manos a sus bolsillos— esas son cuestiones que no le interesan...
-De acuerdo, adiós...
La castaña giró y bajo la vista de la Agreste comenzó a alejarse, sabiendo que había logrado su acometido, ya tenía a una futura víctima triste, enojada, probablemente decepcionada y confusa a la cual utilizar.
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"Brisa Bourgeois".|Segunda parte de "¡Este no es mi cuerpo!"
FanfictionLos héroes originales han crecido y han hecho sus vidas después de que Hawk Moth se retirara de la maldad y han pasado aproximadamente 25 años desde que aquello aconteció para que el regreso del mismo se presenciara. Pero esta vez para vencerlo ten...