Capítulo 32.

40 7 0
                                    

Pasaron un par de días desde su cumpleaños y la rubia miraba la ciudad con tranquilidad; se encontraba sentada en un tejado mientras sus pensamientos se encontraban en silencio, solo disfrutando ese instante junto con el pelirrojo, quien se había quedado con ella después de un ataque akuma, aunque estos se encontraran divididos por una barda que los impedía verse, puesto a que la transformación del chico había finalizado recientemente...

-Gracias por quedarte conmigo, Red... —habló por fin— Aún cuando tu transformación terminó...

-Descuida Queen... —sonrió— No es nada... Me gusta estar contigo...

-A mi también me gusta estar contigo... Aún cuando no puedo verte...

-Si... Aunque, ¿puedo preguntarte  algo muy personal?

-Dime, siempre y cuando no sea mi identidad...

-Tranquila... No quiero indagar donde no me corresponde, solo quería preguntarte sobre como has estado últimamente... Desde hace unos días te he notado muy distraída, apagada... Te siento extraña, Joliemiau, y eso me preocupa... Me siento mal al verte así...

-Ay, Red... Estos días han pasado muchas cosas... Empezando por la vez en la que casi moría en combate... ¿Te dije que pasó ahí?...

-Nada más me contaste que había un monstruo que te había ahorcado... No más...

-Bueno, esa vez te ví a ti...

-¿A mi?... ¿Cómo?...

-Ese monstruo estaba disfrazado como tú... Tú me tomabas de la cintura y tratabas de besarme, lo cual era raro porque sé que no harías algo así a mitad de combate, yo me daba cuenta de eso pero todo fue real... Por eso en cuanto regresé y me abrazaste, mi corazón descansó... No había entendido que había sucedido pero me agradaba que estuvieras bien... Me agradaba verte... Tuve mucho miedo en el momento...

-Supongo que pensaste que era un monstruo...

-No, sabía que él no eras tú, además de que se me haría muy difícil verte como un monstruo... Tú no tienes nada de monstruoso...

-Gracias...

-No es nada... Es solo la verdad y bueno... —suspiró— Tengo que confesarte algo...

-¿Si?...

-Te quiero... —el chico abrió los ojos grandemente al oírla y no pudo evitar sonreír con algo de timidez— Sé que es repentino, pero ese día lo confirmé, sentí miedo de que esa cosa te hubiera dañado, sentía que debía luchar con ella hasta hallarte, sentía que debía alcanzarte pese a todo...

-Y-Yo... —los nervios se apoderaron de él— Eso es magnífico... —suspiró— Yo también te quiero, Queen... —ella sonrió— Bueno, creo que eso ya lo sabes... Y si ahora mismo pudiera pedir un deseo, pediría el poder conocerte sin esta máscara y sin correr el riesgo de que algo te pase...

-Yo desearía lo mismo... Siento que te conozco...

-¿En serio?...

-Si... Me eres extrañamente familiar...

-Siento lo mismo... No deberíamos estar hablando de esto... Se supone que no debemos saber nada del otro...

-Lo sé... Pero me es algo imposible cuando podría confiarte mi vida sin dudar...

-¿Crees que un día termine todo esto?...

-No lo sé... El tiempo es relativo, sobre todo con una responsabilidad como esta...

-Espero que no abarque más del tiempo que tengo...

-¿Del tiempo que tienes?... —confundida— ¿A qué te refieres con eso?

"Brisa Bourgeois".|Segunda parte de "¡Este no es mi cuerpo!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora