Capítulo 23.

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Caminó hasta el jardín en donde su papá ya la esperaba y se paró a su lado, sintiendo algo de nervios por la situación puesto a que la única vez que había hablado de algún chico con su padre, había sido hace años cuando tuvo novio...

-Y bien, papá... ¿De qué quieres hablar?

-De Red bug, supongo que te lo imaginaste en cuanto mencione tu nuevo apodo, ¿no?

-Si... ¿Lo sabes por lo de hace años, verdad?

-Así es, jamás olvidé ese día que te me apareciste... Aunque ahora que recuerdo, me mentiste ese día y seguramente hoy volviste a mentirle a mi yo del pasado...

-Jajaja, ¿en que te mentiría?

-Me dijiste que tenías 18 años y tienes 17

-Eso no tiene mucha importancia, en 2 días cumplo los 18

-Pero hasta que no los cumplas, —mencionó tranquilo— sigues teniendo 17...

-Ya no seas tan sensible... Solo fue un número...

Sabes que solo quiero molestarte...

-Lo sé, —sonrió tratando de mantenerse normal— por eso no me molesto...

-Estás nerviosa...

-Claro que no... —comenzó a rascar su cuello— ¿Por qué piensas eso?

-Eres mi hija, te conozco desde que eras pequeña y cada que te pones nerviosa, rascas tu cuello como si tuviera a alergia cuando no tienes nada...

-Y-Yo... Bien, de acuerdo... Me descubriste... Si me siento nerviosa... O sea... No es como que hable muy seguido de chicos con mamá o contigo, pero no porque sea algo personal y así, sino porque no tengo ningún chico sobre el cual hablar...

-¿Y Red?...

-Él es un gran amigo, además de ser mi compañero de peleas, pero solo eso...

-¿Él no te atrae?...

-Pues... —suspiró y pensó por un momento el como explicar su punto— O sea... No me gusta como lo que todos conocen como gustar... Pero no puedo negar que él es alguien que tiene un encanto muy particular...

-Es decir que él te atrae...

-Dejémoslo en que se me hace alguien interesante...

-Definitivamente te atrae...

-Pfff... —su rostro cambió a uno con una expresión de aflicción— No sé que decirte... No después de lo que me pasó hoy en la escuela...

-¿Qué pasó, pequeña?

-Es confuso, papá...

-Te escucho... —el mayor pasó su brazo por los ojos de su hija e hizo que ambos se sentaran sobre el pasto del jardín— ¿Qué pasó?...

-Sucedió que entré en un pánico interno y una confusión interna muy grande también...

-¿Por?

-Porque sentí algo extraño que hace mucho no sentía y se siente tan mal el sentirse bien...

-¿Hablas de un chico?... —la vio asentir— ¿Cómo fue?...

-Hablamos y aunque le puse atención, por unos segundos mi vista se perdió en sus ojos, mis oídos en su voz y mi mente en él...

-Wow... Eso... —se sintió algo extraño— Eso se oye muy romántico...

-Lo sé y me preocupa porque no quiero confundir cosas o sentimientos...

-¿Qué confundirías?

"Brisa Bourgeois".|Segunda parte de "¡Este no es mi cuerpo!"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora