-¡Oye! Ten cuidado, ¿acaso no sabes lo que te estoy pagando por este teléfono? -gruñó el hombre frente a él.
-Lo sé, señor, discúlpeme. Serían dos mil wons -habló Jungkook, inclinando su cabeza de forma tal que la visera de su gorra impidiese que se viese su cara.
El hombre de traje elegante, le tiró su tarjeta negra sobre la registradora, garabateó su firma enojado y, luego de prácticamente arrancarle el recibo de sus manos, salió de la tienda.
-Además de violador, un imbécil incompetente... -fue lo último que escuchó el castaño.
-Bienvenida a "The Happy Market", ¿desea una bolsa? -preguntó a la chica que seguía en la fila.
No levantó la vista ni una sola vez hasta que se hizo la hora de salida. Guardó su gorra roja en la mochila que había llevado y se colocó una chaqueta negra sobre su uniforme, ignorando el hecho de que su camiseta poseía la estampa de una cara feliz que decía "Nosotros hacemos que la felicidad sea real".
A veces, el mundo tenía demasiada hipocresía.
Buscó su viejo celular y se colocó los auriculares deseando que la música pudiera borrar todo su dolor y lo hiciera desaparecer de la faz de la tierra por unos minutos.
Caminó mirando el piso, con las manos dentro de los bolsillos de su jean, hasta llegar al parque que quedaba a dos calles de su departamento.
Eran las diez treinta de la noche cuando se sentó en aquel viejo columpio de madera; aunque la pintura azul ya casi había desaparecido por completo, era su favorito.
Solo había dos columpios en aquel parque y, cada vez que Jungkook se sentaba en el azul, estaba solo.
No one's gonna love you, nobody else...
Balanceó su cuerpo, sujetando las cadenas que lo sostenían, mientras oía aquella hermosa y triste canción.
Falling like a shooting star. There's no one at night...
Cerró los ojos, sintiendo cómo las lágrimas volvían a acumularse detrás de sus ojos, como cada noche.
I forgot how to smile. Is time to go to bed...
Oh María.
No importa. No importa que esté solo, no importa cuánto llore, no importa lo mucho que grite ni cuánto se rompa...
No one here, nobody here.
-Solo quiero a alguien que me quiera... -murmuró, levantándose del viejo columpio, retomando el camino hacia su departamento.
Why don't you love yourself...
Apagó su teléfono, dejó sus zapatos junto a la puerta y se recostó en la cama. Cerró los ojos, mientras una sola lágrima rodaba por su mejilla.
-Solo quiero a alguien a mi lado -susurró, secando aquella lágrima.
Aunque él no lo sabía, esa noche, una estrella rebelde oyó su pedido.
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La canción que escucha Jungkook en el parque:
Intro: Nobody Else - Hwasa (Mamamoo)
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Canta para mí [SIN EDITAR]
FanfictionCuando el odio de su familia logra destruir sus sueños, Jungkook comienza a trabajar en un supermercado. Sintiendo el peso de las mentiras sobre sus hombros, intenta huir de su pasado que poco a poco lo consume. Jimin es un joven bailarín contemporá...