Canta para mí [SIN EDITAR]

Capítulo 28: Te quiero

—No se queden hasta muy tarde, chicos —pidió el señor Park, asomándose a la puerta del patio.

—Sí, papá —rodó los ojos Jimin.

Murmurando algo para sí mismo, el hombre mayor se fue a su habitación. Eran las doce de la noche y ambos jóvenes habían decidido hacer un picnic nocturno para festejar el que un importante CEO llamaría a Jimin para ofrecerle una entrevista.

—Entonces... —Jungkook yacía recostado sobre el césped; apoyado sobre un codo comía algunas galletas de chocolate.

—¿Entonces? —Jimin se encontraba sentado junto al castaño, mirando hacia el cielo.

Sin importar cuánto lo intentaba, el corazón del rubio no dejaba de latir apresurado cada vez que su mirada se topaba con la de Jungkook.

Luego de haber bajado del escenario y habiendo saludado a todos sus compañeros, Jimin corrió a los brazos de su padre. Todo el tiempo se había mantenido un poco distante con Jeon, incluso cuando el chico lo abrazó, él lo había soltado casi en un suspiro. El trayecto a la casa de los Park había sido bastante incómodo para Jimin ya que él no sabía qué hacer; mientras, Jungkook no entendía qué le sucedía al lindo rubio.

—Entonces, ¿por qué elegiste esa canción? —preguntó el más alto, intentando aliviar la tensión extraña que surgía entre ellos.

Los ojos de Jimin barrieron el cuerpo del menor: aquel traje de vestir color negro y sencillo lo hacía ver increíblemente guapo. Suspiró y dejó que sus ojos se encontraran con los otros.

—Bueno... Me gustó la letra y la música.

—¿Sólo eso? —cuestionó sentándose frente a Jimin, las rodillas de ambos rozándose.

—Pensé que iba bien con mis sentimientos —tragó en seco.

—¿En qué sentido?

—Que, de alguna forma, decía todo lo que no podía poner en palabras. A veces no soy muy bueno expresándome al hablar, pero sí puedo bailar y... —rodó los ojos, tomó aire y apartó el cabello de su frente— Creí que la coreografía y la canción iban perfecto. El chico que la canta expresó todo lo que la letra decía: le dio vida a la música. Yo solo intenté hacer lo mismo con mis pasos.

—Lo hiciste.

—¿Tú crees?

—Estoy seguro.

Antes de que el silencio se instaurara, Jimin siguió hablando.

—Jungkook —llamó.

—Dime.

—Esa canción, ese baile... —apartó la vista, mordiendo su labio inferior.

—¿Sí? —no pudo evitar observar los labios de Jimin.

—Era para ti —volvió a mirar aquellos ojos negros.

—¿Para mí? ¿Por qué?

—Una serendipity o serendipia es el descubrimiento o hallazgo valioso, afortunado e inesperado que sucede de forma casual, accidental o cuando se está buscando una cosa distinta. Nunca imaginé encontrarte y mucho menos que serímos amigos, que te contaría mis secretos y miedos. Me gustas mucho... demasiado. Estoy seguro de que te quiero y puede que sea muy pronto para decirlo pero es lo que siento y...

Los labios de Jungkook acariciaron los de Jimin, callándolo con ternura. Las manos del rubio se aferraron a la camisa de Jeon, mientras que el más alto sostenía su cintura. Cuando se separaron, Jungkook volvió a picotear los labios ajenos.

—Eres precioso —suspiró—. Te quiero, Jimin. Quizás te quiero más de lo que debería quererte pero... todo este tiempo a tu lado fue suficiente para que me cautivaras con tu ternura, tu belleza, tu voz, tu baile... Todo de ti me encanta y una vida no me alcanzaría nunca para poder apreciar cada detalle que te hace ser quien eres, Jimin. ¿Tan malo soy hablando que te hago llorar?

El pequeño rubio negó con la cabeza mientras reía e intentaba secar sus lágrimas.

—Fue hermoso, todo lo que dijiste.

Entre besos y caricias, la hora continuó avanzando con lentitud, como si quisiera dejar ese momento en la eternidad. Al terminarse la comida, ambos se quedaron juntos: la espalda de Jimin calzada en el pecho de Jungkook, mientras el menor lo abrazaba para transmitirle su calor.

—¿Quieres oír una canción? —preguntó en voz baja, Jimin.

—Me encantaría.

En cuanto la música comenzó a sonar en su celular, su voz llenó con palabras aquella melodía.

—Nada de esto es una coincidencia. Solo-solo puedo sentir que el mundo es diferente de como era ayer...

Con los ojos cerrados, Jimin acarició las manos de Jungkook que reposaban en su estómago.

—Quizá sea una procidencia del Universo, simplemente tenía que serlo...

Despacio, el rubio se despegó de Jungkook y tomó asiento frente a él.

—... Tú lo sabes, yo lo sé. Tú eres yo, yo soy tú...

Con las mejillas sonrojadas y una gran sonrisa, Jungkook extendió su dedo índice en el aire, Jimin fue el encargado de unir su dedo con el otro.

—El Universo se ha movido por nosotros, no hubo ni el más mínimo error...

Eran más de las dos de la madrugada, el frío comenzaba a aumentar y una brisa despeinaba el cabello de ambos pero nada podía apartar los ojos de Jimin de Jungkook o viceversa.

—Tú eres mi penicilina. Salvándome. Mi ángel, mi mundo. Yo soy tu gato cálico. Estoy aquí para mirarte...

Seguramente, muchos pensaban que decirse "te quiero" el mismo día en el que dos personas se besaban por primera vez era una locura, que debían ir despacio, dejar que pase el tiempo. Pero ¿cómo se hace para ir despacio cuando tu corazón corre a kilómetros intentando estar más cerca de aquella persona? ¿Qué haces cuando sientes que conoces "a esa persona" desde siempre?

—Ven a mí ahora, hazlo un "nosotros". No quiero dejarlo ir, no. Debes dejar que sea. Lo sientes aunque yo no lo diga. Las estrellas flotan, estamos volando. Esto nunca ha sido un sueño, no tiembles y toma mi mano, seremos un "nosotros"...

Podrían ir despacio, juntos. Ya habían comenzado a transitar por un camino diferente desde aquella noche lluviosa en la que se conocieron, habían pasado por momentos difíciles pero todavía falta mucho por recorrer. Solo quedaba luchar para seguir adelante, persiguiendo sus sueños y apoyándose mutuamente.

—... Déjame amar, déjame amarte.

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La canción que Jimin le canta a Jungkook:
Serendipity - Jimin (BTS)