Capítulo 39: Filter

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—Entonces, ¿Mini Mini no le mostró la coreografía a ninguno de ustedes? —preguntó, incrédula, Izzy.

—Es la primera coreografía que no me muestra. Siempre me pide consejos o solo quiere que lo vea bailar —bufó el señor Park.

—Es tan extraño —comentó Jungkook, frunciendo el ceño.

—No lo creo —opinó Jungwoo, sentado a un costado de Izzy.

—Apoyo a Woo —interrumpió Taehyung, sentado entre el padre de Jimin e Izzy.

—¿Por qué creen eso? —cuestionó Jungkook.

—Porque —comenzó el padre del castaño, sentado junto a él— es muy obvio. Si Jimin no le mostró la coreografía a ninguna de las personas que le importan a él, es porque quiere sorprenderlos —habló con obviedad. Luego sonrió y codeó a su hijo—. Ustedes son todo para ese chiquillo, estoy seguro que quiere demostrarles lo mucho que creció a lo largo de estos años, meses y semanas.

Todos rieron ante la referencia de Jungho, ya que tanto Taehyung como el padre de Jimin conocían al peliazul desde hacía años; por otro lado, Jungkook e Izzy lo conocían hace meses; tanto Jungho como Jungwoo, lo conocían hacía semanas.

—¡Quiero verlo! —protestó Tae.

—Deja de gritar o nos harán salir, Kim Taehyung —lo reprendió Samira, su compañera de la Universidad y cita de esa noche.

—Bueno...

Por décima vez en la noche, Jimin observó su reflejo en el espejo.

—Luces increíblemente guapo y sexy, Ji. Y déjame decirte que esa es una combinación que nunca había creído posible hasta que te conocí —halagó María, una de sus compañeras de trabajo en el ballet de contemporáneo.

—Gracias. Son solo los nervios —tomó asiento junto a la chica y rechazó las gomitas dulces que ella le ofreció.

—Lo harás genial. Tu coreografía es "wow". Enserio, es "wow" —resaltó.

—¿Tú crees? No se la mostré a nadie.

—Entonces los matarás —ante la cara de terror del peliazul, María rió—. En el buen sentido, Ji.

—Eso espero.

—Oye, tienes un talento innato. El baile corre por tus venas, Jimin. Tú solo creaste tu coreografía y ayudaste a planear la grupal para el cierre de esta noche. Eres un chico más que maravilloso —habló con una sonrisa.

—Gracias.

—Park Jimin, sigues tú. Hora de ir al escenario -lo llamó una castaña, compañera de trabajo y encargada de manejar todo tras bambalinas esa noche.

—Suerte Azulito —habló María, dejando un beso en la mejilla de Jimin.

Con el corazón inquieto, Jimin siguió a su compañera y, cuando apagaron las luces del escenario, se posicionó en el centro; luego entrarían sus bailarines de apoyo.

Los primeros compases de la música resonador en el teatro y luego se encendieron las luces. Jungkook abrió la boca con sorpresa, al igual que el resto de sus amigos, al ver el vestuario del peliazul.

Jimin era un chico muy bello, usara maquillaje o no y vistiera elegante o no; él desprendía un aura peligrosa, una mezcla de ternura en exceso y belleza increíble.
Esa noche, vestía un pantalón con algunos brillos y una camisa liviana de varios colores; llevaba sus zapatos negros y el cabello peinado hacia atrás.

La canción que Jimin había elegido era Filter; la coreografía la había creado él solo, bajo la supervisión de sus profesores. Los pasos eran variados y combinaban perfectamente con el ritmo de la música. Jimin creía que la canción desprendía un cierto aire español, así que se había basado en los vestuarios que usaban los bailarines de esa danza para elegir los vestuarios.

Canta para mí [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora