× r e n a c e r × (epílogo pt. 2)

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El cielo se teñía de rojo mientras Daniel veía por la ventana, sentado en su sillón verde bandera que le gustaba porque olía a antiguo. Tomaba su té mientras leía una novela que se había encontrado entre los libros de un puesto viejo, había sido un día largo en su tienda de arte y antigüedades y quería descansar.

Era una tarde agradable de verano. El sol iluminaba su anillo de bodas y los lentes que traía puestos, cansando su vista y haciéndolo sentir somnoliento. Escuchó unas llaves abrir la puerta —Hola, Ojitos de sol— Le dijo Daniel al verlo entrar, sudado y con la sudadera al cuello —Hola, Carita de Luna— Damon se le acercó para darle un beso tierno en los labios —Te extrañé todo el día—
—Yo también te extrañé, Danny— Respondió besando su frente —¿Quieres que haga la cena?— Preguntó el pelinegro con una media sonrisa —No, quiero estar contigo un ratito— Contestó el mayor, mientras Daniel dejaba su libro y su taza de té a un lado para que Damon se recostara sobre él, en su regazo, dejándolo jugar con su cabello —Te amo— Susurró el de cabello de fuego, recargándose en su hombro —Te amo— masculló Daniel contra sus labios.
—Hoy, hace ocho años, escapamos juntos— Mencionó Damon, con cierta nostalgia remarcada en sus palabras — Hace cinco años que nos casamos— Susurro contra su cabello —Y te sigo amando igual que el primer día— Completó. Damon tomo su mano, poniéndola en su pecho —Mi padre quiere que lo visitemos en un mes, dijo que había entrado a un taller de pintura y quería que viéramos sus cuadros— Mencionó Daniel, aún estando en esa jaula de abrazos —Tú dime cuándo y cuánto tiempo, solo para pedirle a Lindsey que me ayude en el Gimnasio— Damon le sonrío, delatando su emoción, aunque no importaba que no sonriera, Daniel podía leer su emoción en sus palabras, en su voz, en todo él —Baila conmigo— Le pidió tomándolo de la mano y pidiéndole que se levantara. El pelirrojo sonrió al suelo, algo tímido. Aún tímido.
Daniel prendió en estéreo, escuchando Old Money, de Lana del Rey.
El pelirrojo tomó a Daniel de la cintura, mientras él lo tomaba por el cuello.
—Sé que te busqué en esta vida y te buscaré en la siguiente. Porque eres mi amor, por siempre— Susurró Daniel contra sus labios, dejando que su esposo lo besara delicadamente mientras bailaban y el sol se escondía detrás de ellos.

|[Silencio Profundo]|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora