07. not today

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Que Jungkook fuera por mi al trabajo para llevarme a casa se volvió parte de nuestra rutina. Aún cuando le decía que dejara de hacerlo y que podía arreglármelas perfectamente sola, me ignoraba y seguía haciendo solamente lo que él quería.

Ahora, era sábado por la noche y estaba en casa de Sana. Había venido aquí para empezar a trabajar en un proyecto que nos asignaron en parejas, pero Sana había empezado a perder motivación.

Estábamos solas. Sana todavía vivía con sus padres, pero ellos habían salido por un tiempo a visitar a la familia que tenían en Incheon y sus hermanos mayores habían salido a disfrutar de la noche de sábado poco después de que yo llegara.

Además, era tarde. La última vez que vi la hora eran pasadas de las 8:00.

— Si tecleó una oración más se me van a caer los dedos.

— Tenemos que avanzar todo lo que podamos — dije, sin despegar la vista del libro que estaba consultando. — El Sr. Lee calificara con mano dura este trabajo.

— ¡Pero ya llevamos bastante!

— Recuérdame no volver a emparejarme contigo para ninguna otra tarea.

— Mala — dijo.

— Perezosa.

— Descansemos un rato — pidió.

Un golpe en la puerta nos sacó de nuestra conversación.

Sana se levantó para ir a ver quien era, pero cuando abrió la puerta, no había nadie detrás de ella.

— Deben ser los niños de al lado haciendo una broma — dijo, pero cuando estaba a punto de volverse a sentar, el golpe se repitió.

— No abras — pedí, sintiendo algo extraño en el estómago.

Sana me miro con el entrecejo fruncido, para luego volver a dirigirse a la puerta para echar un vistazo por la mirilla.

— No hay nadie — dijo, revisando que el seguro estuviera puesto.

— Se me puso la piel de gallina — dije, a lo que ella rio volviendo al sillón.

— Ya te dije, deben ser los vecinos haciendose los listillos. Son traviesos.

Intente sacudirme la intranquilidad de encima y estire las piernas sobre la alfombra, pero cuando me centre de nuevo en mi lectura, el sonido de mi celular que indicaba que tenía un nuevo mensaje me distrajo.

Número desconocido. Desbloquee la pantalla.

Era una foto mía. De hace solo unos segundos, cuando intentaba volver a la tarea. Sentí como los latidos de mi corazón se intensificaban.

La foto estaba tomada desde la perspectiva del oscuro pasillo que llevaba a la cocina y al comedor.

Mire hacia allí, pero no pude ver más allá de la oscuridad.

— Yun, mira el video que te acabo de enviar — dijo Sana, totalmente ajena a los miles de escenarios que se habían empezado a reproducir en mi cabeza. — Es un gato tocando el piano.

Mi amiga comenzó a soltar risitas sin dejar de ver su pantalla.

— Sana — quise llamarla más fuerte, pero me salió como un susurro.

— ¿Qué te pasa? — pregunto, cuando noto la expresión en mi rostro.

La chica abrió los ojos como platos cuando vio por fin el mensaje que le enseñaba, estirando mi brazo hacia ella. Miro en la misma dirección en la que había visto yo, pero seguía sin haber nada.

andrómina • jjk ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora