andrómina • jjk ✔️

13. my time

Era viernes y Sana había faltado a clases porque se sentía mal, así que llevaba toda la mañana sola.

Ya la extrañaba.

Asistí a todas mis clases con normalidad. Evite encontrarme con Seung por los pasillos y en mis ratos libres me ponía a leer en cualquier rincón. De verdad que si no tuviera a Sana, mi vida social sería inexistente.

También había estado evitando un poco a Jungkook. La manera en que me había comenzado a sentir cuando estaba cerca de él me empezaba a resultar inquietante. ¿Cómo era posible que el idiota que no hace tanto tiempo se dedicaba a insultarme cada que tenía oportunidad ahora me pusiera tan nerviosa?

Aún así, él seguía yendo por mi al salir del trabajo. No podía evitarlo por completo. Más bien, evitaba conversaciones incómodas y le hablaba únicamente de tonterías.

Cuando salí de mi última clase del día e iba bajando las escaleras, me encontré con la persona que se había convertido en algo así como la imagen de mis pesadillas.

Cuando vi a Seung en el descanso de las escaleras me arrepentí infinitamente de no haber tomado otro camino. Intente caminar en medio de un grupo de chicas para mezclarme entre ellas y que así el chico no me viera, pero mi plan fracasó.

— Yun — dijo.

— Véte al diablo, Seung.

Intente bajar lo que me quedaba de las escaleras pero Seung me tomo de la muñeca haciéndome parar. Genial, lo que faltaba.

Inmediatamente mi corazón empezó a latir muy fuerte.

— Lo siento... No quería asustarte aquella noche y tampoco quería darte problemas en la cafetería. Te estuve buscando pero sigues evitándome — explicó.

— ¿No querías asustarme? Casi tiras mi puerta, maldito psicopata.

Su agarre envolvía con mucha fuerza mi muñeca. Intente recuperar mi mano pero era más fuerte que yo.

— Dije que lo siento.

— Si de verdad quieres que te perdone déjame en paz de una puta vez. Y suéltame ya, que me estás lastimando.

— Tienes que darme otra oportunidad, Yun. Jungkook nunca te va a querer como yo te quiero.

— ¡Lo que tú sientes no es amor! No te quiero cerca, no te quiero ver... ¿por qué no lo puedes entender?

— Estamos hechos el uno para el otro — suplicó. Con cada palabra que decía, su agarre tomaba más fuerza.

— Estas loco — dije, luchando contra él. — ¡Suéltame! ¡Suéltame ya!

Comencé a golpearle el pecho con mi otra mano. ¿Adónde se habían ido todos? ¿Nadie podía ayudarme? ¡Hace solo un minuto estaba repleto de gente aquí!

— ¡Detente y escúchame, mierda! — me grito.

En medio de mi al parecer inútil forcejeo, pise sin querer al vacío. Había llegado al borde del descanso de las escaleras y ahora estaba cayendo.

— ¡Yun!

Seung bajo corriendo hacia mi pero me levante enseguida. El dolor podía esperar. Tome mi mochila y empecé a correr.

Ni siquiera volví a revisar si había alguien cerca que pudiera ayudarme.

Corrí, corrí y corrí hasta llegar a la parada del autobús. Mire hacia atrás para ver si me seguía, pero no lo vi por ninguna parte. Podía sentir que me había lastimado la rodilla.

Al llegar a la parada, recuperé el aliento y me senté en la deteriorada banca de madera.

Mi rodilla derecha estaba sangrando, así que busqué en mi mochila algo con lo que limpiarme.