10. dimple

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La luz mañanera que entraba a través de la ventana fue lo que me hizo despertar de mi placido sueño. Me sentía como si alguien me hubiera estrellado contra una pared la noche anterior. Sana estaba completamente dormida a mi lado. Estaba babeando un poco, incluso, y todavía tenía puesta la ropa que había usado durante la fiesta. Aún sin abrir muy bien los ojos, saque los pies de la cama y me dispuse a levantarme, pero al pisar algo perdí el equilibrio y caí al suelo.

Alto.

No. No era el suelo.

Y no era algo con lo que había tropezado.

Era alguien.

Puta madre. Olvide que Jungkook se había dormido en el suelo y ahora estaba encima de él. Típico escenario, joder.

Jungkook no soltó ni siquiera un pequeño sonido de queja. En lugar de eso, abrió los ojos lentamente y cuando pareció identificarme, los volvió a cerrar.

Intente levantarme.

— Lo sient-

No pude terminar porque me envolvió en un abrazo. Mi cara ahora estaba en su cuello y podía sentir perfectamente su respiración en mi oído.

— Jungkook — lo llame, no muy alto para no despertar a Sana.

— Cinco minutos más — susurró.

— Con un demonio, déjame ir.

Intente levantarme de nuevo pero la respuesta de Jungkook fue ponerme a su lado sin dejar de abrazarme. Por la forma en que respiraba pensé que seguía dormido.

Por un segundo deje de forcejear y sentí mi corazón acelerarse. Joder, ¿qué era esto? Su cuerpo se sentía cálido y sus brazos me tomaban con tanta fuerza...

¿Tan pesado iba a tener el sueño este ponzoñoso? Me sentí en una dimensión desconocida. Jeon Jungkook me tenía acurrucada junto a él.

Levante la cabeza para observarle el rostro, pero solté un respingo cuando vi que tenía los ojos totalmente abiertos.

— Buenos días — dijo, con voz ronca y esbozando una sonrisa.

— Suéltame de una vez.

— Tú dejaste de forcejar — acentuó su sonrisa al notar mi reacción a su cercanía.

— Yo- no- ¡dej- dejame ir!

— Shhhh — me apretó más. — Sana está dormida.

¡Muévete, Yun! ¿Por qué rayos no despiertas y lo empujas?

Jungkook me estaba viendo ahora con los ojos entrecerrados y con una sonrisa que solamente pude describir como burlona... mierda.

¡Basta!

Me safe de su agarre y me puse de pie. Salí rápidamente de la habitación, pero no antes de escucharlo decir:

— Deberíamos repetirlo.

Dios. Dios. Dios.

Mi corazón estaba retumbando en mi pecho. ¿Por qué no había reaccionado más rápido? ¿Por qué tuve que esperar, en sus brazos, sin intentar escapar?

Me sacudí la sensación y baje a la sala, que estaba hecha un desastre.

Jimin estaba tirado en la alfombra junto a Taehyung, mientras que Hobi estaba desparramado en uno de los sillones.

Eran las 11:30 de la mañana. Me dirigí a la cocina pero antes de entrar, en el comedor, distinguí mi chaqueta en una esquina. La tome pero apestaba a alcohol y a humanidad. Maldito Jungkook.

andrómina • jjk ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora