08. ugh!

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El siguiente lunes, salí temprano de casa para ir a clases.

Como era habitual, me encamine primero a la cafetería para desayunar y tal vez encontrarme con alguno de los chicos si es que estaban ahí. Pero cuando estaba a punto de llegar a la puerta, me detuve en seco al notar a Seung hablando con un chico.

Me escabullí antes de que pudiera verme y me dirigí a mi salón.

A la mitad del camino me detuve en una de las muchas máquinas expendedoras que había al rededor del campus y elegí las galletas con mejor aspecto.

Ugh. Nuez. Me las comí de mala gana mientras caminaba para calmar mi hambre.

— Buenos días — saludo Sana, que ya estaba sentada en su lugar.

— Llegaste temprano — observe. Por lo general solía llegar pocos minutos antes que el profesor.

— Mi hermano tuvo que traerme, mi carro está en el taller — explicó.

— Ya veo.

Asentí y me senté en mi lugar, junto al suyo.

— No recuerdo haberlos despedido el sábado — dijo.

— Estabas demasiado tomada como para percatarte de cualquier cosa.

— Odio las resacas.

— ¿Eso significa que no haremos nada loco para tu cumpleaños?

El cumpleaños de Sana era este jueves, pero lo celebraríamos el fin de semana.

— Yun, mis cumpleaños siempre son algo loco — dijo. — Puedo aguantar otro dolor de cabeza esta semana. Me aseguraré de que lo valga.

Me guiño un ojo. Yo suspire, comenzando a prepararme mentalmente para lo que sea que fuera a pasar en su fiesta.

El resto de la jornada transcurrió sin problemas. No volví a toparme con Seung y las clases del día fueron muy sencillas. El único problema era que no había podido comer nada.

Y mi estómago tenía mucho que decir al respecto.

Cuando estábamos de camino a la cafetería, vimos que la explanada central estaba repleta de un montón de carpas. Algún tipo de feria, pensé, pero no había visto nada sobre ello en el tablero de anuncios ni en línea.

— ¿Vamos a ver? — pregunto Sana, que me tenía tomada del brazo mientras caminábamos.

Accedí, tratando de calmar un poco mi hambre.

Al acercarnos nos dimos cuenta de que los puestos eran diferentes clubes y talleres que había en la universidad, e incluso algunos de fuera. Muchos de ellos estaban dando invitaciones para reclutar voluntarios que ayudarán en sus eventos.

— ¡Gatitos! — grito Sana.

Me soltó y se fue dando saltos a un puesto que tenía un letrero que indicaba ser un refugio animal.

Decidí no seguirla porque también había visto uno que me llamo la atención.

— Si se inscriben les daremos una nota de créditos extra — escuche que la chica del puesto le explicaba a un grupo de chicos.

Me acerqué y empecé a leer uno de sus folletos. Era un grupo de trabajo social cuyo objetivo actual era juntar fondos para un asilo de ancianos.

— ¡Hola! — una segunda chica se dirigió a mi. — ¿Te interesa ser voluntaria en la organización de nuestro próximo evento?

— ¿De qué se trata? — pregunte.

La chica prosiguió a explicarme que estaban organizando una feria para recaudar fondos para el asilo. Tenían pocos recursos y necesitaban dinero para poder financiarlo. La feria sería aquí mismo, en el campus. Buscaban obtener todo el apoyo posible de la comunidad estudiantil. Me explicó que si decidía inscribirme me darían créditos extra y que tendría que asistir a las reuniones después de clases para ayudar a organizar todo, además de estar de staff el día del evento.

andrómina • jjk ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora