Chapter XXVIII

50 11 2
                                    

  Cenizas de un Diario en Sepia.

Mis ojos discriminan la marejada de ruina y lamentaciones, que me atormentan. Mis dedos no sostienen más el lápiz, que con Inmensurable tristeza me acompaña en mis noches de pesadumbre. Solo me quedan las cenizas de un diario en sepia.

El solariego espejismo de mi alma, se abstrae ante el luto de un pequeño cosmos. La tierra labrada de mi corazón, ya no es más que un macizo árido y rústico. Solo me quedan las cenizas de un diario en sepia.

Mi fisonomía empecinada en la benignidad, velozmente es desfigurada. Por los fríos puñales de una afanada perversidad. Solo me quedan las cenizas de un diario en sepia.

Los modismos voraces se alimentan de mis fervientes deseos. Quedando famélicos por la efímera sed de continuar. Solo me quedan las cenizas de un diario en sepia.

Las voces latentes de mis entrañas, pronuncian breves susurros que incitan a la beatitud. Aún así, los ecos guturales de la desarmonía, subsisten. Legando una ruin distopia. Solo me quedan las cenizas de un diario en sepia.

Aún así, profeso con vigor los silencios de Dickinson. Cavilando en las penumbras de mi terca voluntad. Plasmando recuerdos en una crónica marrón y desgastada. Permitiendole a mi mente una bonancible osadía, para imponerse ante los vestigios de cualquier estigma. Solo me quedan las cenizas de un diario en sepia.

Violet Lee.

La Inmensurable Travesía de un Alma Enamorada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora