-Déjame ver si lo he pillado bien. Nos dejaste tiradas a mí y a las chicas en la discoteca para poder ir a esa aburrida gran inauguración del hotel de tu hermano, y, mientras estabas allí, Harry Styles te arrastró hasta la terraza, te besó, y luego te envió derechita a casa con explícitas instrucciones de que estuvieras en su oficina esta mañana a las diez.
____ se repantigó en el sofá que estaba enfrente de su compañera de piso y mejor amiga, Caroline, y se restregó los ojos en un intento de deshacerse de esa niebla que la acechaba. No había dormido nada en toda la noche. ¿Cómo podía? Harry le había dado la vuelta a todo su mundo y, ahora, las diez de la mañana se le estaban echando encima y no tenía ni idea de qué era lo que se suponía que debía hacer.
-Sí. Básicamente, eso fue -respondió ____.
Caroline hizo una mueca exagerada con los labios y se dio aire con una mano.
-Y yo que pensaba que no podía ser posible que te lo pasaras tan bien como nosotras. Pero vamos, yo te puedo asegurar que a mí no me ha besado ningún multimillonario buenorro.
-Pero ¿por qué? -preguntó ____ con voz inquieta debido a la frustración. Era una pregunta que se había hecho a sí misma repetidas veces durante su vigilia. ¿Por qué la había besado? ¿Por qué la quería ver ahora cuando parecía haber pasado tanto tiempo evitándola?
No había sido una petición. Aunque, bueno, había que tener en cuenta que Harry Styles nunca pedía nada. Él daba órdenes y esperaba resultados. Mia no sabía qué decía eso de ella pero encontraba ese rasgo de su personalidad excitante. La estremecía y la ponía muy caliente por dentro.
Caroline puso los ojos en blanco.
-Te desea, nena. ¿Y por qué no iba a hacerlo? Eres joven y estás buenísima. Me apuesto lo que quieras a que has estado en sus fantasías una o dos veces a lo largo de todos estos años -____ arrugó la nariz.
-Haces que suene muy mal.
-Oh, por el amor de Dios. ¿Acaso no lo has deseado desde que eras una adolescente? Y es cierto que él nunca se dejó llevar por sus deseos. Pero tienes veinticuatro años ahora, no dieciséis. Hay una gran diferencia.
-Ojalá supiera lo que quiere -dijo ____ con la preocupación haciéndose evidente en su voz.
-Si todavía te estás preguntando eso después de que te amenazara con follarte en la terraza, es que no hay esperanza para ti -dijo Caroline con exasperación.
Miró entonces su reloj de manera exagerada y luego levantó la vista en dirección a ____ para dedicarle a su amiga una mirada mordaz.
-Cariño, tienes menos de una hora para arreglarte antes de que te tengas que ir. Te sugiero que te levantes del sofá y vayas a ponerte estupenda.
-No sé ni siquiera qué ponerme -murmuró ____.
Caroline sonrió.
-Yo sí. Vamos, que tienes a un hombre al que deslumbrar.
¿Deslumbrar? ____ se quería reír. Si alguien estaba deslumbrada, era ella. Estaba tan confundida por los hechos de la noche anterior que iba a ser un completo desastre andante cuando entrara, o si lograba entrar, en la oficina de Harry.
Harry manoseó con los dedos el contrato que había sacado y se quedó con la mirada fija en la primera página mientras contemplaba mentalmente en silencio el camino exacto que quería tomar con ____. Era nuevo para él pasar tiempo reflexionando sobre cómo iba a hacerse cargo de la situación. Harry solo hacía las cosas de una manera: iba directo al grano. Trataba todas sus relaciones personales de la misma manera que dirigía su negocio. No había espacio para las emociones, ni siquiera en una relación. Ya lo habían pillado con los pantalones bajados una vez -completamente por sorpresa, si quería ser cruelmente honesto consigo mismo- y se había jurado que ya no volvería a pasar ni una vez más.