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____ alzó la mirada cuando Harry entró en el despacho, y un aleteo en el estómago comenzó a bajarle hasta el vientre cuando cerró la puerta con pestillo a sus espaldas. ____ sabía lo que eso significaba. Se lo quedó mirando con prudencia cuando este se encaminó hacia ella con los ojos brillándole de lujuria y necesidad.

-Harry -comenzó-. Jace está aquí. Quiero decir, que ha vuelto antes.

Él se paró, tiró de ella hasta levantarla de su silla y la empujó hacia su propia mesa.

-Ni Jace, ni Ash me molestarán cuando tengo la puerta cerrada. Están ocupados haciendo planes para su cena de negocios de esta noche.

Las frases sonaron entrecortadas, como si no le gustara tener que dar explicaciones. De acuerdo, pero a ella no la iba a sorprender su hermano al intentar abrir la puerta cuando Harry le estaba haciendo Dios sabía qué tras esa puerta cerrada. Jace y Ash estaban acostumbrados a tener pleno acceso al despacho de Harry. No tenía ni idea de cómo iban a continuar su affaire en la oficina cuando su hermano estaba por ahí pululando.

Harry alargó la mano hasta meterla por debajo de su falda, y se quedó paralizado cuando se encontró con la tela de las bragas. Mierda. Se había olvidado. Ni siquiera había pensado en ello. Ponerse bragas era una costumbre. ¿Quién narices piensa en no ponérselas? Había estado cansada por las incesantes órdenes de Harry la noche anterior, y se le había ido de la cabeza el no ponerse ropa interior.

-Quítatelas -le ordenó-. La falda también, y dóblate por encima de la mesa. Te dije lo que ocurriría, ____.

Oh, mierda. El culo aún lo tenía dolorido de la noche anterior, ¿y ahora pensaba en azotarla otra vez?

De mala gana, se bajó las bragas y las dejó caer al suelo. Luego se bajó la falda y se quedó desnuda de cintura para abajo. Entonces, con un suspiro, se inclinó sobre la mesa.

-Más -le volvió a ordenar-. Pega la cara contra la madera y deja el culo en pompa para que lo vea.

____ obedeció cerrando los ojos y preguntándose por centésima vez si se había vuelto loca de remate.

Para su completa sorpresa, los dedos de Harry, bien lubricados, se deslizaron entre los cachetes de su trasero y empujaron contra su ano. Despegó los dedos para buscar más lubricante y los volvió a presionar con suavidad por toda la entrada de su culo.

-¡Harry! -soltó ____ con un grito ahogado.

-Shh -la regañó-. Ni una palabra. Tengo un juguete anal que voy a meterte en el culo. Lo llevarás durante todo el día, y antes de que te vayas a casa vendrás a mí para que te lo quite. Mañana por la mañana cuando vengas al trabajo, lo primero que harás será enseñarme ese bonito culo que tienes para que te lo vuelva a meter. Lo llevarás todo el tiempo mientras estés trabajando, y solo te lo quitarás cuando el día termine. Cada día te pondré uno de mayor tamaño hasta que esté seguro de que puedes acoger mi polla dentro de tu culo.

Harry continuó hablando mientras presionaba la redonda punta del juguete contra su ano.

-Relájate y respira, ____ -le dijo-. No lo hagas más difícil de lo que es.

Qué fácil era decirlo para él. Nadie le estaba doblando y le estaba metiendo objetos extraños en el culo.

Aun así, cogió aire, lo soltó e intentó relajarse lo mejor que pudo. En el momento en que lo hizo, Harry lo introdujo en ella con un firme empujón. ____ ahogó un grito cuando se vio atacada por la ardiente sensación de estar completamente llena. Se retorció y movió, pero lo único que obtuvo fue una cachetada en el culo por su esfuerzo. Y Dios... esa cachetada fue abrumadora, porque hizo que el extraño objeto se sacudiera.

Mi Éxtasis (01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora