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Harry observó a ____ usar su carisma y encanto con los otros hombres durante la cena. Ella sonrió, conversó y habló con comodidad; los tenía a todos y cada uno de ellos hechizados. La pregunta era: ¿lo tenía también a él? La pregunta de Lisa no dejaba de darle vueltas en la cabeza. «¿Estás enamorado de ella?»

Harry no podía terminar de explicar la furia ni la impotencia que había sentido ante aquella pregunta. Había estado pensativo todo el día, y a momentos enfadado y frustrado debido a su incapacidad de mantener las distancias entre él y ____.

Lo enfurecía que no hubiera podido rebatirle al momento la enrabiada pregunta que le había hecho Lisa.

Había pensado en terminar su acuerdo con ____ justo en esos momentos, en alejarse de ella y decirle que su empleo con él había acabado. Pero no había podido, y eso solo lo hacía sentirse más impotente. La necesitaba. Maldita sea, la necesitaba.

Su mirada se desplazó hacia los posibles licitadores, los hombres que iban a venir a la suite luego. Obviamente deseaban a ____; ¿qué hombre hetero y con sangre en las venas no lo haría? Hacía que Harry quisiera rechinar los dientes, pero contuvo las ganas y en su lugar recibió con los brazos abiertos la oportunidad que eso le ofrecía.

La posibilidad de probarse a sí mismo que esa obsesión que tenía con ____ no era irrompible. Que no la amaba, ni la necesitaba.

Lo que tenía planeado venía en el contrato, aunque en realidad nunca se había planteado compartirla con otro hombre antes. La mera idea le producía unos celos fieros y salvajes. Y ahora mismo también. Pero ella había sido la que le había expresado su curiosidad ante la idea. Él sabía que ____ no estaba terminantemente en contra, y tampoco era nada que Harry no hubiera hecho en el pasado.

Podía hacerlo.

Lo haría.

Solo esperaba, por su bien, sobrevivir a ello y no destrozarlos a ambos en el proceso.

El humor de Harry había pasado de pensativo y enfadado a... ____ no estaba segura de cuál era exactamente su humor. Le preocupaba porque ahora se la quedaba mirando fijamente, cuando antes no la miraba apenas nada. Y, además, esa mirada era nueva, como si la estuviera observando con una luz completamente distinta. Como si sus expectativas hubieran cambiado de una forma drástica. El problema era que ella no tenía ni idea de qué expectativas eran esas.

Mientras que antes había agradecido el silencio que había habido entre ambos porque no quería ahondar en la razón que lo había puesto de tan mal humor, ahora la incomodaba de verdad. ____ quería algo de él, alguna especie de consuelo, aunque no tenía ni idea del porqué.

Volvieron en coche al hotel con la tensión tan bien asentada entre ellos que ____ casi se ahogó en ella. Quería preguntarle, interrogarlo, pero había algo en esa inamovible mirada que le hacía temer lo que podría escuchar de sus labios.

Tan pronto como estuvieron dentro de la suite, Harry cerró la puerta y fijó esa rutilante mirada en ____. La dominación se podía percibir irradiando de él donde antes solo había demostrado paciencia y ternura con ella.

-Desnúdate.

Ella parpadeó al escuchar su tono. No era de enfado. Era más... decidido. La inquietud se izó sobre ____ y la joven vaciló, pero solo consiguió que él entrecerrara los ojos.

-Pensé... -dijo tragando saliva con fuerza-. Pensé que iban a venir a tomar algo.

¿Habían cambiado los planes?

Harry asintió.

-Y van a venir.

«Oh, Dios».

Mi Éxtasis (01)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora