____ se bajó del taxi en la Quinta Avenida, ya que solo tendría que dar un pequeño paseo hasta el edificio que albergaba las oficinas de SCM, y suspiró por el buen tiempo que hacía. El viento le alborotaba el pelo y daba indicios del fresco que para la fecha en la que estaban era poco más que inevitable. Los días se estaban volviendo más fríos mientras el otoño se iba y dejaba paso al invierno.
Harry vivía muy cerquita, en el número 400 de la Quinta Avenida, en una moderna urbanización residencial de lujo, mientras que Jace vivía en el Upper West Side, mucho más cerca de ____. Sin embargo, ella estaba segura de ser la razón por la que Jace nunca se había mudado más cerca de su oficina. Y luego estaba Ash, que vivía en el número 1 de Morton Square, con vistas al río Hudson.
Se precipitó hasta el rascacielos que albergaba el SCM y sacó rápidamente el pase de seguridad para poder dirigirse hacia el torno que llevaba a los ascensores. Jace le había dado el pase cuando le hizo una visita guiada por las oficinas de SCM unos cuantos años atrás, pero apenas lo había usado ya que siempre que venía estaba con él. Por lo que ella sabía, esa cosa podría haber dejado de funcionar, y entonces tendría que identificarse con los de seguridad para que la dejaran pasar. Solo que, antes de perder todo ese tiempo, a lo mejor se acobardaba, daba media vuelta y se iba.
Afortunadamente, no tuvo ningún problema.
Bajó la mirada hacia su reloj cuando el abarrotado ascensor llegó, accedió a él y se colocó como pudo al fondo ya que mucha más gente empujaba para entrar. Eran las diez menos cinco y odiaba llegar tarde. Y no es que ahora llegara tarde -al menos no todavía-, pero ____ era una de esas personas a las que siempre les gustaba llegar temprano. Se ponía nerviosa si no lo hacía, y llegar con tan poco tiempo de antelación la había puesto ansiosa.
No tenía nada que ver con que estuviera tan empeñada en obedecer la orden de Harry, tampoco es que él fuera a querer su cabeza si llegaba tarde. Pero había habido algo en su voz que la hacía mostrarse recelosa de llevarle la contraria. Y si era honesta consigo misma, estaba loca por saber por qué le había dicho que acudiera a la cita de forma tan imperiosa.
Caroline la había precipitado hacia la ducha y la había vestido después como si ____ fuera una niña que no tuviera ni idea de qué llevar ni de cómo vestirse. Tras elegir unos vaqueros que se le ceñían en cada curva, cogió un top y una camiseta ancha que se le caía por un hombro, le llegaba por la cintura y dejaba a la vista una diminuta parte de su vientre si se movía bien.
Le secó el largo cabello dándole volumen y ondeándole algunos mechones para darle una apariencia más alocada. Caroline juraba que melenas como la de ____ volvían locos a los hombres, pero esta última no tenía muy claro que quisiera volver loco a Harry. Sí, había estado más de una vez en sus fantasías adolescentes -y adultas-, pero, ahora que se había acercado a ella de forma más personal, sentía un inmenso poder que radiaba de él.
La había intimidado y le había hecho pensárselo dos veces antes de decidir si podría algún día manejar a un hombre como él.
____ apenas se había puesto maquillaje; no era que no llevara, sino que de alguna forma arreglarse demasiado para esta reunión misteriosa con Harry parecía... desesperado, como si llevara una señal de neón en la cara que dejara claro cuáles eran sus intenciones y sus deseos. ¿Y si se trataba de un encuentro completamente mundano? ¿No se sentiría como una completa idiota si iba vestida para seducirlo y luego se daba cuenta de que solo quería saber cómo estaba? De todas formas, ¿quién narices sabía lo que él estaba pensando? Harry no era de los que iban contando sus pensamientos y sentimientos al mundo.
Justo cuando quedaba un minuto para las diez, ____ salió del ascensor y se apresuró hacia la recepción de SCM. Eleanor, la recepcionista, le sonrió y saludó a ____ mientras se acercaba. ____ no tuvo tiempo de decidir si estaba loca por haber aceptado acudir a la cita, ni de serenarse y calmarse antes de lanzarse a los lobos. Apenas tenía un minuto para entrar en la oficina de Harry.
