____ estaba inmersa en su trabajo cuando la puerta se abrió y entró Harry. Levantó la mirada de los papeles y se embebió completamente en él. Los ojos de Harry se cruzaron con los de ella, apareciendo en ellos justo entonces un destello de satisfacción que la hizo marearse de la excitación. Además, los atravesó una inmediata ola de reconocimiento, de tensión, que casi se podía palpar en la espaciosa oficina.
La lujuria se instaló en los ojos de Harry, y ____ notó un pinchazo agudo en las entrañas mientras todo su cuerpo cobraba vida. Una intensa combinación química explosiva que por fin se habían permitido liberar.
-Ven aquí.
La orden fue rápida e imperiosa y ____ automáticamente se puso en pie como respuesta a su brusca solicitud. Se encaminó hasta el centro de la habitación, donde Harry estaba de pie, y este la estrechó rudamente entre sus brazos.
Harry la besó con desesperación y deseo, como si no hubiera pensado en nada más que ella en su ausencia. Era un pensamiento muy fantasioso, uno que parecía válido teniendo en cuenta la forma en la que le estaba devorando la boca. Sus lenguas húmedas se encontraron con fervor. El pintalabios se le correría, pero la idea de verlo con el mismo color en sus labios solo intensificaría el instantáneo deseo que él había avivado en su interior.
Ella podría estar llevando las marcas de los dedos de Harry, pero, de alguna forma, él también llevaría las de ella aunque fuera temporalmente. Su sello. Su marca. Ella bien podría ser suya, pero él también le pertenecía a ella durante todo el tiempo que su relación durara.
____ percibió una chispa de perfume en su ropa, que la puso celosa perdida sin importar lo poco razonable que pudiera ser.
La inmediata posesividad la pilló por sorpresa. Ella nunca se había considerado una persona posesiva o celosa, pero la idea de que otra mujer hubiera estado cerca de él le hacía querer sacar los dientes y gruñir. Harry necesitaba una señal invisible en la frente que dijera: «Las manos quietas. Es mío».
Harry alargó el brazo hacia abajo para agarrarle la mano y luego la arrastró hasta su mesa. Mia no tenía ni idea de lo que estaba a punto de hacer, pero sus sentidos estaban bien alerta.
Él se sentó en la silla y se separó un poquitín de la mesa.-Quítate la falda -le dijo abruptamente.
Con los nervios a flor de piel, ____ dirigió la mirada hasta la puerta y luego la volvió a posar en él.
-La puerta está cerrada con llave, ____ -le dijo con impaciencia-. Ahora quítate la falda.
Tragándose todas sus dudas, comenzó muy lentamente a bajarse la falda hasta dejar desnuda la parte inferior de su cuerpo frente a la ávida mirada de Harry.
Para su sorpresa, este no le dijo que se quitara la camisa ni el sujetador, sino que le agarró la mano y la llevó a su dura entrepierna. Ella ahogó un grito de sorpresa cuando entonces las manos de él la rodearon por la cintura y la levantaron lo suficiente como para sentarla en el borde de la mesa.
-Anoche fui descuidado -le dijo con un tono de voz ronco.
____ estaba confusa y segurísima de que su expresión no indicaba lo contrario.
-Normalmente no soy tan egoísta durante el sexo. Mi única excusa es que me haces arder, ____. Tenía que tenerte.
Sonó como si no quisiera estar admitiéndolo. Había reticencia en sus ojos, pero sus palabras sonaron llenas de sinceridad.
-Échate hacia atrás -le dijo en un tono más suave-. Apóyate en la mesa con las manos mientras disfruto de mi postre.
«Oh, Dios». ____ dejó de respirar por un momento y luego continuó soltando el aire a bocanadas. Se colocó como él le había dicho, y Harry le separó cuidadosamente los muslos hasta dejar su sexo desnudo al alcance de su mirada y de sus caricias.
