Antes de darse cuenta, ____ se había quedado dormida. Se sentía tan saciada y cálida entre las sábanas que todo con lo que pudo soñar fueron imágenes vívidas de Harry. No mucho después, el Harry de verdad la despertó al quitarle de encima las sábanas que la tenían arropada hasta la barbilla.
En el rostro tenía dibujada una mirada completamente excitante que hizo que el corazón le diera un vuelco. La inmediata reacción que ____ tuvo a esos penetrantes ojos azules fue pegar los muslos para intentar aliviar el dolor instantáneo que había aparecido entre sus piernas.
-De rodillas.
Dios santo, la forma en que había pronunciado la orden la había convertido en gelatina.
No estaba completamente segura de lo que quería decir. ¿La quería literalmente de rodillas, casi vertical? ¿O se refería a estar sobre las manos y rodillas? Porque si era esto último... a ____ le entró un escalofrío de tan solo considerar la opción de manos y rodillas.
Cuando Harry entrecerró los ojos de impaciencia, ____ se apresuró a darse la vuelta hasta que estuvo boca abajo. Antes de siquiera poder ponerse de rodillas, este le plantó la mano en el centro de la espalda y la mantuvo ahí pegada contra el colchón con firmeza.
-Quédate ahí un momento. Será más fácil si lo hago ahora.
«¿Hacer qué ahora?»
El corazón de ____ latía contra el colchón mientras permanecía con los ojos cerrados con fuerza. Se imaginaba que si no la estaba mirando directamente no habría ningún problema con que los cerrara.
Con suavidad, Harry agarró y tiró primero de una muñeca y luego de la otra hasta que las colocó pegadas una encima de la otra sobre el coxis. Ella de inmediato abrió los ojos cuando se percató de que estaba enrollando una cuerda alrededor de sus muñecas para amarrarlas juntas.
«Joder, joder, joder». ¡No bromeaba con lo de los juegos con cuerdas y la sumisión que había leído en el contrato!
____ no se había dado cuenta de lo tensa que se había puesto hasta que Harry se inclinó hacia abajo y le rozó la oreja con los labios.
-Relájate, ____. No te haré daño, ya lo sabes.
Esa promesa susurrada logró que sus músculos se distendieran de nuevo y que ella misma se derritiera en la cama con una sobrecarga mental. Estaba excitada, nerviosa y asustada, pero principalmente muy, muy excitada. Sus sentidos estaban hiperalerta, sus pezones duros y pegados contra el colchón, y su sexo tan contraído que temblaba de expectación.
Entonces, él le subió el trasero de manera que sus rodillas quedaran bajo su cuerpo, y la colocó con la cara pegada contra el colchón, el culo en pompa y las manos firmemente atadas a la espalda.
Harry comenzó a acariciar y a masajear sus cachetes y luego pasó uno de los dedos por la hendidura de su culo hasta que se detuvo justo en el ano. Su voz salió grave y ronca al hablar.
-Me muero por follarme este culito, ____. Y lo haré. Aún no estás preparada, pero lo estarás, y yo disfrutaré de cada segundo que esté bien dentro de tu precioso culo.
____ se estremeció sin control alguno, una sensación de frío le estaba recorriendo toda la piel desnuda.
-Por ahora, solo te follaré el coño mientras me imagino que es tu culo.
Se mordió el labio inferior cuando una ola de lujuria la atravesó entera dejándola acalorada, excitada y desesperada por sus caricias y su posesión.
Entonces la cama se hundió cuando Harry pegó su cuerpo al de ella. Deslizó las manos por su espalda y luego las volvió a bajar hasta quedarse sobre sus muñecas atadas. Le acarició los constreñidos dedos y seguidamente tiró de la cuerda para comprobar si de verdad estaba bien amarrada.