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Al levantarme en la mañana fui directo al baño ya que mi vejiga pedía a gritos que hiciera mis necesidades.

Luego me lavé la boca y mientras terminaba me di cuenta de algo que no tenía en la noche.

- ¿Cómo? – susurre viendo el anillo en mi dedo.

-Amor- escuché su voz y salí con mis ojos llenos de lagrima

-Siempre me dañas mis sorpresas- mostro la bandeja con el desayuno

Las lagrimas caían demasiado rápido.

-Dame una respuesta- señalo lo que había escrito en una carta

-Quizás no es la mejor pedida de matrimonio, pero toda la noche me la pase pensando en como podía pedirte que fuera mi esposa, pero no te quiero perder bebe. ¿Quieres ser mi esposa? Si o si- reí al ver que no tenia una opción negativa

-Ya tengo el anillo- sonreí mientras mis lagrimas caían

Automáticamente nos abrazamos mientras sollozaba

No podía creer que seriamos en algún momento marido y mujer.

-Ahora desayuna que luego tenemos algo que hacer- beso mis labios

Me senté junto a él en la cama mientras no dejaba de mirar el anillo.

No sabía en que momento él había pensado en todo esto.

- ¿Desde cuando? - lo mire mientras desayunada

- ¿Qué cosa? – me miro confundido

-Bueno amor desde cuando lo tenías planeado- sonreí

-Desde el hospital, pero todo el mundo nos interrumpía. Además, que no tenia el anillo en su momento así que puse como excusa la cita pasada y te medí el dedo- rio al recordar el momento

-Ósea que esa cosa que me colocaste en el dedo era para medir mi dedo- no podía creer como tenia la pistas en mi cara y no me había dado cuenta.

-Exacto, luego fue a una joyería y la muchacha me ayudo a conseguir los anillos- sonrió orgulloso

- ¿Los anillos? – subí mis cejas interesada en saber más

-Compré ya todos los anillos para la boda solo nos queda casarnos- reí ante su comentario

-Cuando quieras nos casamos- me acerque a él y lo bese

-Eres el amor de mi vida hermosa- acaricio mi mejilla mientras daba pequeños besos

-Ya terminé mi desayuno me duchare para irnos a donde quieras- sonreí para entrar a la ducha

Me quite la ropa y coloque el anillo a lado de mi cepillo de diente para no dañarlo.

-Seré su esposa- susurre mientras sonreía

No podía creer que pronto sería una mujer casada y mucho menos que sería con Marcus.

Claramente se que no es un proceso fácil y lo seguro pelearemos por los estresores de la boda.

-Princesa tienes aquí la ropa para que te arregles antes de salir- escuche su voz

-Gracias- alce mi voz mientras me continuaba duchando

Luego de varios minutos me puse la ropa que él me había dejado.

Era una falda negra y una crop top blanca.

Me arregle mi cabello dejándomelo suelto a lo natural.

No me maquille ya que no me interesaba mucho hoy arreglarme en su totalidad.

-Se me olvidaba- susurre girando a ponerme el anillo

Amor en la CocinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora