Dioses Oscuros //Karmaland 4//

35- Robar es Fácil

El pueblo de Karmaland de noche siempre era bastante pacífico, incluso a pesar de los monstruos, y gracias a la visión nocturna se podía ver todo bastante definido, así que podía ver el remarcado cuerpo de Vegetta en el traje de Lobo Nocturno en todo su esplendor. 

Oye, deja de mirarlo y pensar cosas no santas, ahora tenemos que ir a robar por primera vez en nuestra vida Si, cierto ¡¡Céntrate Luzu!! 

-¿Estas listo?- Vegetta estaba parado en la cima de la muralla con una sonrisa ladeada y coqueta en su rostro, no pude evitar sonrojarme Se ve tan seguro de si mismo de esa manera... -Venga, sube aquí arriba- 

-¿Por qué? ¿No podemos salir por la entrada y ya?- Inclinó la cabeza como pensando en algo, pero todavía sonriendo. 

-Podríamos, si, pero las torretas están apagadas y no tiene nada de divertido ir a robar si sales de tu propia casa caminando como si fuese un día cualquiera, así que sube- Me hizo un gesto con la mano, apuntando las escaleras de los costados de su isla -Y luego baja- Tras decir eso simplemente se tiró al otro lado, fuera de mi vista.

Sonreí Bien... Aquí vamos.

Era curioso, y algo raro siendo sincero, lo silencioso que era el pueblo a esas horas, también era ridículo lo fácil que era pasear sin que ningún guardia o policía de turno te pillase. 

-Este pueblo necesita más seguridad en los tejados- Declaré mientras saltábamos desde al techo de una casa a otra. 

-Cari, estamos intentando robar, no ver que cosas hay que mejorarle al pueblo- Agradecí la mascará del traje, por que me había sonrojado Nos ha llamado cariño Solo ha dicho "cari" no cariño Ya, pero viene de cariño Oh, cállate.

Esperamos unos segundos a que pasará un policía y volvimos a saltar -¿No te sientes mal haciendo esto?- Mire por la ventana de una casa a nuestra izquierda, un niño dormía pacíficamente. 

-Te educaron bien tus padres ¿Verdad?- ¿Qué? Vegetta me miró y luego suspiró -¿Nunca has hecho algo malo por el simple placer de hacerlo?- Negué con la cabeza -¿Por llevarle la contraria a alguien?- Volví a negar, aunque me acordé de mi intento de derrocar a Lolito del poder -Chiqui ¿Me harás usar el poder de seducción contigo de nuevo?- 

-No, no ¿Por qué lo harías?- Me acerque un poco a Vegetta, como intentando calmarlo ¿Calmarlo? Pero si el esta tranquilísimo, nosotros debemos calmarnos. 

-¿De qué forma te puedo enseñar la diversión de hacer algo ilegal?- Permanecí en silencio -Solo mírame a mi, el señor legalidad, el que se la pasa gritando "ilegalísimo" a los tontitos de nuestros compañeros, y en cambio heme aquí, con un traje para que nadie me reconozca, robándole al pueblo que un día juré proteger- Eso era cierto. 

Nadie en el pueblo protegía más Karmaland que el propio Vegetta, y sin embargo él estaba ahí, en medio de la noche, con la idea de entrar en la casa de la gente y robar objetos.

-Sigue siendo raro, perdón- Bajé la cabeza, avergonzado. 

Vegetta me sujetó del mentón y me hizo mirarlo -No te disculpes, te prometo que te enseñare a disfrutar de esto, y mucho más- Me guiñó un ojo y luego me soltó -Venga, es nuestro momento- Bajamos al suelo y entramos a una casa. 

-¿No se dan cuenta de que les robamos?- Abrí un cofre Diamantes, amatistas, tierra, un poco de carne Coge las gemas, son lo más valioso Lo sé, a eso voy. 

-No, los aldeanos son... ridículamente inconscientes de las posesiones que tienen, sus usos y su valor, así que da igual ¿Por qué crees que no se habla mucho de mi? Ellos nunca denuncian un robo por que nunca se dan cuenta, y si lo hacen no les importa- Mientras me explicaba guardó algo similar a una poción en su mochila. 

-Eso es...bueno, ridículo- Me sonrió y afirmó con la cabeza. 

-Bastante, pero no le quita la diversión que siento, ahora salgamos, hay 3 casas más que quiero visitar y no me permitiré mantenerte despierto toda la noche, me asegurare de que duermas al menos 4 horas- Me sujetó de la mano y corrimos ágilmente esquivando a los guardias. 

No estaba acostumbrado a robar, pero Vegetta tenía razón, era divertido, sobre todo por que estaba su compañero con él. 

Esta noche yo también me convertiré en ladrón.