41- Estaré Bien

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Después de eso pasé el resto del día leyéndome el libro y asegurándole a Vegetta que nunca lo dejaría. Él aprovecho de resolver todas mis dudas y me explicó algunas cosas que pensaba sobre si mismo, las cosas que había aprendido de si mismo a lo largo de los años desde que los dioses lo crearon.

Para el final del día habíamos terminado los dos completamente agotados mentalmente, por lo que solo nos lanzamos en la cama y apenas nuestras cabezas tocaron la almohada nos dormimos. 

Vegetta me levantó temprano, cocinó el desayuno, me ayudó a preparar mi mochila para el viaje, me preparó una pulsera especial que regularía mis poderes de ninfa "Solo en caso de que al pesa'o de Auron se le ocurra molestarte de nuevo, para que no lo encierres en plantas, aunque se lo merece" según sus palabras, y repasamos las respuestas que daría en caso de que preguntasen por él. 

-¿Y qué harás hoy mientras estamos en la misión?- Una sensación curiosa de cosquilleo se instaló en mis manos 

Nerviosismo... 

Con el tiempo habíamos aprendido a identificar lo que sentía el otro según las sensaciones que nosotros teníamos, un dolor en el pecho era miedo o preocupación, una molestia en la cabeza era soledad o malestar, un repentino sabor agrió en la boca era furia, la sensación de felicidad era tal cual, cuando uno estaba feliz el otro se sentía repentinamente feliz también, y por último el nerviosismo, ese se hacía presente con un extraño cosquilleo en las manos. 

Vegetta estaba nervioso. 

-Necesito conseguir una cosa en un pueblo un tanto lejano, iré en forma de lobo para llegar más rápido, pero no estoy seguro de cuanto voy a tardar- Eso era otra cosa, la forma animal. Una de las cosas que Vegetta me había contado ayer es que los híbridos, con un poco de esfuerzo y práctica, podían transformarse completamente en su forma animal. 

Sentía un poco de envidia, debía de ser increíble poder hacer eso, yo todavía no podía ni hacer aparecer mis orejas. 

-¿Y qué, exactamente, es esa cosa que vas a buscar? Por que tiene que ser super importante para lograr que te sientas nervioso- Mi compañero de ojos morados inspiró profundamente, intentando calmarse. 

-Es algo que nos ayudara muchísimo en batalla- ¿Batalla? ¿Por qué habla de una batalla? -Tengo un presentimiento, es algo muy raro, pero presiento que no debemos estar tan calmados, algo va a suceder pronto, y quiero que estemos lo más seguros y preparados posibles- Sostuvo mi cara entre sus manos -De todas formas tú tienes que irte ahora si no quieres llegar tarde- Acercó su rostro al mío y me besó suavemente. 

Nunca me cansaré de él, jamás... Te diría que te calles, pero estoy de acuerdo contigo... 

-Esta bien- Sentí mi rostro calentarse por el beso, acomodé la mochila que tenía colgando del hombro y nos dirigimos a la entrada de la isla -Entonces...- Me di vuelta antes de que Samu abriera la puerta -Espero verte cuando regrese a casa ¿Vale?- Me sonrió y asintió suavemente.

Abrió la entrada, y comencé a caminar -Ah, una cosa más Luzu- Me gire rápidamente, sabiendo que en segundos la puerta se cerraría de nuevo -Por favor, confía en mi, estaré bien ¿Si?- ¿Qué...? Lo ultimo que vi de él fue sonrisa cuando la puerta se cerró.

Apreté la correa de la mochila nerviosamente y me dirigí hacía el cartel del pueblo en donde esperaría a mis compañeros. 

Vegetta... ¿Qué planeas?

Dioses Oscuros //Karmaland 4//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora