Dioses Oscuros //Karmaland 4//

61- Charlas y Explicaciones

-¿Qué?- 

Seré sincero, me reí. 

-Que quiero que hables con Vegetta, yo estaré vigilándoles desde lejos, veré las reacciones de Vegetta para poder decirle a Willy si es sospechoso o no, así de paso hablas con él, como querías- Bien hecho Luzu, ha salido bien... 

-Tienes que ver con los dioses ¿No? Se ve que tú tampoco confías en ellos, y luego de lo que dijo Alexby... estoy seguro de que Willy tampoco...- ¿Qué? -Es obvio que Willy confía más en Vegetta que en los dioses en este momento...- 

-¿Pero qué dices Rabis? Si Wilfred también mando investigar a Vegetta- Me miro como si mi comentario fuera absurdo. 

-Si, te mando a ti, a quién vive con Vegetta, a quien esta enamorado de él y obviamente nunca traicionaría- Solté un jadeo y me sonroje rápidamente -Es obvio que lo amas, me di cuenta el día después de la misión, yo... no entendía muy bien tu comportamiento, por un momento había pensado que quizá era que estabas muy preocupado, pero después...- Rubius negó con la cabeza y me sonrió -Dioses, fue demasiado obvio lo que sentías por él, por eso no me dejabas acercarme- 

No había forma de que fuera posible, pero me sonroje todavía más -Qui... ¿Quieres hablar con Vegetta o no?- Demonios, ahora estoy tartamudeando. 

-Si, quiero hacerlo, es solo... ¿Sabes algo de todo esto? Quiero decir, Alexby y tú parecen tan decididos en ir contra los dioses... ¿Ellos hicieron algo? ¿Tiene ese algo que ver con Vegetta? ¿Él es el traidor?- La rabia volvía a crecer en mi, no soportaba escuchar cuando llamaban a Vegetta traidor. 

-Vegetta no es un traidor- Estoy seguro de que gruñí aquello, sobre todo por que Rubius me miraba sorprendido -Él no es un traidor y tus dioses no son tan buenos como piensas, eso ya lo han demostrado, ahora ven, hablaras ahora con Vegetta o no te dejare acércatele de nuevo-

No le deje decidir, no le permití ni siquiera responder, lo agarre de la manga de esa túnica extraña que tenía y lo arrastre hasta la isla flotante. Rubius hablaría si o si con mi Vegettoide y vería que no es un traidor, y luego los dioses podían irse a tomar por culo. 

No sabía que tan fuerte estaba tirando a Rubius, ni que tan rápido estaba caminando, pero en menos de 10 minutos llegamos a la parte de abajo, en donde me detuve solo unos segundos para apagar las torretas (Como a Vegetta nunca le hacían daño, me dio el control de las torretas del pasillo a mi). 

Subimos, escuchaba a Rubius quejarse o algo, pero eso no me importaba, simplemente quería que aquello terminara lo más rápido posible, era como una presión en la parte baja de mi estomago, estaba ansioso, molesto y nervioso. 

-Vegetta, abre la puerta ahora- Rubius se quedo callado, probablemente resignado a todo esto, simplemente esperamos unos minutos y luego la puerta con escáner se abrió mostrando a un Vegetta sorprendido. 

-Luzu ¿Qué sucede?- Pase a su lado sin decir nada y me giré cuando escuche la puerta cerrarse. 

-Vais a hablar, los dos, ahora, y luego veréis lo demás, así que ahora yo voy a entrar y hablar con Alexby por teléfono y esperaré a que entren y me avisen de que terminaron de hablar ¿Vale?- Asintieron lentamente, podía ver claramente la incomodidad de Rubius, Vegetta se veía tranquilo, pero podía sentir su confusión.

Ignore todo eso, me di la vuelta y entre a la gran mansión.

Y luego los espié por la ventana. 

Vegetta se veía bastante tranquilo y fue quien inicio la conversación, luego Rubius hablo, Vegetta sonrió y miro en dirección a la mansión con una ceja alzada, luego Rubius se rio, Vegetta rio y al final los dos estaban hablando tranquilamente. Hablaron durante unos 20 minutos, reían, miraban a la mansión y después volvían a reír. 

¿De qué tanto están hablando? ¿Por qué se ríen? No desconfíes... No desconfió de él, desconfió de mi, de ser suficiente... Si sigues así él te va a sentir... oh, espera, ya lo hizo. 

Levante la mirada rápidamente, Vegetta me miraba a través de la ventana con preocupación y confusión, le dijo algo a Rubius, este asintió, se dieron un abrazo y luego Rabis se fue. No me moví de donde estaba ¿Para qué hacerlo? Vegetta me había visto de todas formas.

Sabía lo que se venía, ahora yo tenía que dar explicaciones.