97- El Sacrificio

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Alguien me sostuvo antes de que comiera suelo al otro lado. 

-¡¡Luzu!! ¡¿Qué paso?! ¡¿Por qué se demoraron?! El portal se cerró... ¿Dónde está Vegetta?- Willy me ayudó a pararme y me miraba preocupado esperando una respuesta. 

-Él... él... me dejó... me empujó... rompió el portal... él...- No podía dejar de llorar ¿Todo el tiempo planeó esto? ¿Desde cuando? ¿Por qué? 

-¡¡Tengo una cámara!! ¡¡Mirad esto!!- Rubius nos llamó la atención y nos mostró una pantalla. En ella se veía una gran cantidad de monstruos, los tronos de los dioses y las afueras del lugar, era la misma posición que en mi sueño... 

-¡Mirad! ¿Ese no es Vegetta?- Tal y como Mangel señaló, Vegetta se abría paso entre los monstruos para llegar a posicionarse en el mismo lugar que en sueño, justo al centro de la sala y frente a él, la marca del suelo agrietado de cuando renunció a ser héroe. 

-¡¡Mostraos de una vez!! ¡¡Sé que estáis ahí!!- Nos miramos confundidos ante el grito de Vegetta, pero inmediatamente obtuvimos una respuesta. En los tronos, de manera ondulante y bastante extraña, la figura de los dioses se hizo presente otra vez. 

-¿Esto es lo que has durado? ¿Hasta esto llega tu fuerza?- El dios del centro comenzó a hablar, por cada palabra que salía de su boca los monstruos de alrededor de Vegetta iban desapareciendo -Ya has visto lo débiles que son tus amigos, lo poco que pueden soportar, ellos se han ido- Apreté con fuerza la espada que tenía en mi mano, los demás igual -Ahora estás solo ¿Realmente crees que puedes vencernos? Somos inmortales y poderosos, y tú eres un simple y mocoso héroe- 

Me sentí ligeramente en un déjà vu cuando Vegetta se comenzó a reír. 

-No necesito inmortalidad y poder para venceros, solo ingenio, además sois vosotros, simples dioses, quienes debéis temerme a mi- Sus ojos se pusieron rojos completamente y él seguía sonriendo -Soy Samuel de Luque, vuestro hijo y creación, soy héroe y leyenda en muchos lugares e historias... y soy quien dará su vida para acabar con vuestra jodida existencia- Un extraño silencio inundo absolutamente todo el lugar, ya no podíamos escuchar a los chicos pelear a lo lejos con la horda de mobs, no podíamos escuchar ni siquiera nuestras propias respiraciones. 

-A menos que asesines a todo tu pueblo jamás podrás hacer nada en contra de nosotros, ninguno de tus ataques servirá- A pesar de que los dioses sonaban seguros, se miraban nerviosos, pues en ningún momento Vegetta había dejado de sonreír. 

-Eso lo tengo claro, por eso no es un ataque sino un hechizo, ya sabéis que se me dan bien, además, no es en contra de ustedes, la altura y la magia de este lugar me ayudara a manipular la mente de todos en el pueblo, para cuando termine todos vosotros seréis borrados de sus memorias y solo recordaran a un enemigo sin rostro, poder, ni nombre- "Ella descubrió que cosa los había creado, la fe que la gente sostenía hacía ellos, el simple hecho de que las personas vivas creyeran y supieran de su existencia los mantenía poderosos y existentes"

-Los va a borrar de nuestra memoria...- El susurro escapó de mis labios antes siquiera de que pudiese pensarlo. 

-¡No puede hacer eso! Creo que leí un hechizo así en algún libro, es muy poderoso, pero solo funciona para una persona y a cambio de la propia vida, Vegetta solo logrará borrar a un dios y luego morirá, y no lo recordaremos... Una existencia por otra...- Todos miramos sorprendidos a Alexby, quien miraba la pantalla nerviosa y asustado. 

Un movimiento rápido en la pantalla llamó nuestra atención, Vegetta acababa de enterrar su espada en el mismo hueco que la ultima vez, sosteniéndola con sus dos manos desde el mango de tal forma en la que incluso parecía estar rezando. 

Dioses Oscuros //Karmaland 4//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora