40- La Parte Más Oscura

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-¿En qué parte quedaste?- Vegetta me miraba desde el otro lado de la mesa ligeramente preocupado, frente a él había dos platos con puré y pollo. 

-Bueno... eh... creo que no avance mucho en realidad, leí sobre su descripción, lo de los ojos y eso, y un poco sobre la teoría que tiene de su origen ¿Somos nosotros? ¿En serio?- Me senté frente a mi compañero y él me acercó uno de los platos junto con un par de cubiertos. 

-Si, el escritor de ese libro fue un nigromante, aunque creo que nunca se enteró de que lo era... De todas formas tienes razón a medias al decir que nosotros somos el origen de los espíritus ¿Leíste sobre el color de las almas?- Empezamos a comer lentamente. 

-Leí una mención, pero no una descripción como tal ¿Los colores son importantes en esto? Digo... menciona colores en los ojos y en las almas... un momento... ¿Dijiste que el autor de esto era un nigromante?- Vegetta hizo un movimiento afirmativo -¿Por eso podía ver a los espíritus y el alma de la gente cuando morían?- Volvió a asentir -¿Y por qué yo no puedo ver sus almas? Hasta ahora solo he visto espíritus- 

-Por eso dije que tenias razón a medias... en esos tiempos los héroes que revivían después de cada muerte no existían, ellos simplemente morían y ya está, si vieras la muerte de algún aldeano común probablemente verías su alma, pero nuestra alma fue hechizada cuando aceptamos ser héroes, no podemos morir como el resto de la gente, y si Luzu, los colores son importantes, por lo menos para reconocer a que te enfrentas- Oh... Por un pequeño momento me sentí mareado. 

-¿Crees que puedas explicarme lo de los colores?- Él asintió, me miró comprensivamente y luego suspiró. 

-Las almas negras se convierten en espíritus, no suelen ser muy comunes en realidad, las almas rojas se convierten en demonios, fuerzas indomables que solo buscan causar destrucción, y las almas que no se convierten en nada son de color blanco, simplemente suben al cielo como una especie de nube. El color de los ojos te permite saber el... carácter, por decirlo de alguna forma, del espíritu con el que tratas- Se detuvo un momento para comer -Los ojos dorados son de un espíritu rey, el autor nunca vio uno, los ojos verdes son de un espíritu que cuando vivía era una criatura mágica afín a la naturaleza, los de ojos azules son tranquilos y hasta amigables, los de ojos morados, los más comunes, pueden ser un poco traviesos, pero no causan daños, y los de ojos rojos son aquellos que, sin un rey, causan estragos por donde sea que pasen- Vaya... Eso si es información importante...

-¿Y eso qué tiene que ver con lo que te pasó a ti?- Vegetta giró el rostro avergonzado. 

-Para convertirse en espíritu debes haber sido realmente malo y cruel toda tu vida, o haber asesinado a mucha gente, usualmente esa gente se convierte en demonios, almas rojas, pero si antes de morir por cualquier motivo que sea te arrepientes de manera profunda y sincera... bueno, mientras sea sincero, te conviertes en un espíritu, un alma incapaz de avanzar, castigado a vivir anclado al mundo al cual dañó hasta desvanecerse...- ¿A dónde quiere llegar con esto? Cállate y escúchalo. 

-Sigo sin saber cual es su relación con lo que te paso- Vegetta se sonrojó aún más, rehuyendo su mirada de mis ojos. 

-Cuando un espíritu se vuelve parte de una persona, la esencia del espíritu empieza a luchar durante un tiempo para sacar a relucir la parte más oscura de uno, por eso se acercaron a ti, tienes un corazón puro, y toda la oscuridad que puedes tener ya la has aceptado y vives con ella- Hizo un gesto con su mano, señalándome por completo, haciéndome recordar que estaba en mi look de Evil Luzu o Luzu Sad -De todas formas, ejem...- Se aclaró la garganta nervioso -Cuando logran sacar tu parte oscura, los ojos de la persona se vuelven rojos, como los de un espíritu- 

-Oh... entonces tú... oh...- Vegetta bajó la cabeza, completamente incomodo y apenado. 

-Me di cuenta de ese "lado" mío la primera vez que fui a una guerra por orden de los dioses, me ordenaron engañar a los más poderosos del lado enemigo, lograr hacerlos caer sin sostener una espada... esa vez fue la primera vez que descubrí el cuarto uso de la seducción- A medida que hablaba su voz iba bajando de volumen -Y cuando me di cuenta ya no solo estaba engañando al enemigo, manipulaba a todos a mi alrededor, me volví adicto a la sensación de poder controlarlos, me sentía invencible...- Lagrimas empezaron a salir de sus ojos y el pecho comenzó a dolerme.

Tiene miedo, cree que vamos a dejarlo... Se odia a si mismo y espera que nosotros lo hagamos también... ¿Vamos a hacerlo? ¿Vamos a odiarlo? 

 Mire sus ojos, brillantes por las lágrimas. 

¿A Vegetta?

Jamás.

Dioses Oscuros //Karmaland 4//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora