Todo había terminado de mala manera. Pensé que la idea de provocar en Alfred una esperanza le alegraría, pero el mayordomo había terminado por sacarme de allí entre aspavientos y casi gritos de "hereje" por estar intentando venderle algo que a sus ojos resultaba más que imposible.
Llevaba toda la noche dando vueltas, intentando saber si podía encontrar algún aliado en este mundo de locos. Sin embargo, debía admitir que, con tantas personas dispuestas a crear el caos, todo resultaba muy difícil. Además, los últimos acontecimientos no lo hacían más sencillo, ni mucho menos.
Todas las alarmas se habían encendido. Había ocurrido lo impensable para algunos y lo más obvio para mí. Si ahora no había Batman, ¿a qué tenían que temer sus enemigos? No había absolutamente nada que pudiese hacerles sentir un mínimo peligro. La policía era prácticamente de risa y el comisario Gordon, el nuevo Batman denominado por el gobierno, parecía tener demasiado peso sobre sus hombros para poder con todo.
El asilo Arkham había perdido toda su seguridad. Bien fuere porque Hugo Strange se había puesto de su parte o porque, simplemente, habían decidido todos los pacientes hacer un motín propio de sus mentes malvadas. De todos modos, no era tan difícil escaparse de Arkham o de Blackgate si no usaban las máximas medidas de seguridad. Yo misma había comprobado que normalmente lo más complicado era quitarse la camisa de fuerza si te la ponían, por lo demás, la huida no era complicada, pero también es cierto que en los últimos meses de vida Batman había incluido unas cuantas mejoras para evitar tener que estar allí cada dos por tres.
Caí sobre la parte alta de uno de los muros de la institución tras realizar un salto desde el edificio más cercano ayudándome de mi látigo para poder dar mayor curva a mi ejecución. Efectivamente, el lugar estaba tomado por los pacientes. Podía ver a Killer Croc y Deathstroke dando una soberana paliza con mordiscos y vísceras incluidas gracias al hambre voraz de Croc. Hice una mueca pues el espectáculo era aterrador, igual que una película de Tarantino.
Sin embargo, normalmente era el Joker quien ponía a todos en comunión para realizar estas obras macabras. ¿Quién estaría ahora en el poder? Entrecerré mis ojos mirando casi por entre mis pestañas y caminé lentamente, aunque con la elegancia y habilidad de un gato, por encima de ese muro aprovechándome de la noche que hacía que fuese más difícil divisar mi figura curvilínea en la oscuridad del horizonte gothamita.
Descendí el muro tan sigilosa como acostumbraba a ser y sabiéndome todos los recovecos de la inmensa institución, me deslicé dentro de uno de los conductos de ventilación. Mi traje ayudaba sin ningún problema a que no me quedase encasquillada en ningún tipo de esquina. Agudicé el oído para así intentar escuchar alguna conversación interesante y a medida que pasaba por las rejillas de ventilación observaba durante un par de segundos para ver qué se cocía entre los muros del psiquiátrico.
En lugar de estar los pacientes en sus celdas estaban los miembros de la institución encerrados, incluido Strange, así que no podía estar detrás de todo eso. Pero las pintadas verdes enormes con esas grandes interrogaciones me dieron rápidamente la solución del problema. Enigma. Ese pequeño demonio que parece conocer todo con tan solo verte durante una fracción de segundo. Si tal y como parecía Enigma era el que estaba detrás de todo el asunto, tenía un gran problema. Él parecía estar siempre un paso por delante de todo el mundo salvo de Batman. Tendría que poner a prueba todo mi intelecto y si algo no tenía ganas era de pensar en jeroglíficos para resolverlos y no terminar con un miembro de mi cuerpo menos.
Con habilidad quité uno a uno los tornillos de uno de los respiradores en una sala que estaba completamente a oscuras. Gracias a los beneficios de mi naturaleza gatuna, podía ver que no había nadie en su interior. Dejé caer la rejilla puesto que con todo el jaleo que había nadie escucharía ese minúsculo ruido y entré con un giro en aquella sala.
Por lo que pude comprobar era de alguno de los trabajadores confinados ahora en las celdas. Tenía papeles por todas partes. Había un montón de cajas en el suelo a un lado que ponía Joker y otro casi similar con un intento por comprender a la doctora Harleen Quinzel, quien previo a volverse la "novia" del payaso había sido psiquiatra hasta que se enamoró de él. Era amiga de Harley y no podía decirle absolutamente nada sobre ese tema, ¿qué tendrá la oscuridad que los hace tan endemoniadamente atractivos? Por suerte para mí, mi atracción estaba en Bruce, aunque a veces pensaba que era inevitable que él terminase volviéndose loco o ya lo fuese. No obstante, ¿qué era el mundo sin un poco de locura?
Caminé hasta el escritorio donde descansaba un ordenador. Encendí la pantalla deseando que no se pudiese ver la luz del condenado aparato. Era un portátil por lo que haría menos ruido que un ordenador de torre, pero algunos de los miembros de este sindicato del crimen tenían mejor oído que yo misma.
Centré mi mirada en la pantalla comencé a revisar los distintos documentos, intentar encontrar algún informe de actividades irregulares, sin embargo, en el momento que parecía haber encontrado lo que buscaba, la pantalla se puso en negro. Me sorprendí, pero una gran interrogación verde apareció en el fondo oscuro antes de que pudiese ver escritas las palabras: "Te pillé, gatita". Estaba en verdaderos problemas.
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Rise of Gotham
FanfictionEl murciélago ha desaparecido y eso lleva a Selina a una encrucijada pues está dispuesta a mantener a flote la ciudad mientras regresa su justiciero, básicamente porque se niega a creer que Batman ha muerto.