Capítulo 26

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Primer encuentro en San Valentín. (Parte II)

— No tenemos tiempo para esto —aseguró Batman.

Él sabía lo que iba a decir, casi parecía conocerme mejor que yo misma. Podía llegar a asustar, sin embargo, no le di la importancia que debería, estaba más que convencida.

Un rápido movimiento provocó que ambos comenzásemos a pelear. En realidad, él a duras penas si movía un músculo para golpearme, tan solo me detenía, buscaba de alguna forma que me diese cuenta de sus palabras, pero yo no pensaba irme de allí sin mi trato millonario. Tenía ganado volverme rica aunque fuese nada más que para un par de semanas, y era mucho para mí, para cualquiera que el dinero siempre le hubiese quedado demasiado lejos, fuera del alcance.

Mis garras intentaron arrancar parte de su traje. Él siempre ponía aquella zona que debía ser más vulnerable y la había hecho fuerte. La parte externa de sus antebrazos, allí donde debían terminar los golpes más dolorosos si uno se defendía, no habían sido olvidados por él al diseñar ese traje si es que había sido un diseño propio. Tenía tres especie de espolones que podían provocar tanto daño como él quisiese. Duros como una piedra, siempre recibían el choque de mis garras causando tan solo eso, un choque, nada más, sin ruptura de ninguna clase.

Aquello me hizo bufar, detestaba no poder lograr lo que quería. Sin embargo, nuestra batalla no era lo único en lo que ambos estábamos pendientes, también de aquellos pasos cada vez más cercanos que indicaban que pronto habría seguramente un arma, mínimo, antes de que diese la alarma a voz en grito causando que el resto de los residentes de aquel lugar se levantasen en pijama de ser preciso para intentar dar diana en alguno de nosotros.

— ¿Por qué lo haces todo tan complicado? —la voz del murciélago sonó tan cerca de mi rostro que ni tan siquiera me había percatado que casi me había dejado medio inmovilizada, una forma demasiado fácil de salir de todo aquello para una gatita como yo.

— Porque así es más divertido —susurré rozando sus labios con los míos antes de usar su brazo para escapar de su propia trampa con una pirueta que demostraba gran parte de mi agilidad animal.

— ¡El murciélago! —gritó ese ser que había tardado tanto en llegar.

Mis ojos se posaron sobre él y rodé los ojos molesta antes de ponerme una de las manos sobre la cadera.

— ¿En serio? Ni un... ¡la gata! ¿Soy invisible o qué? —bufé de nuevo antes de sacar mi látigo y con la habilidad que me caracterizaba con él, siendo uno de mis artefactos favoritos, enrollé éste alrededor de su cuello y le atraje a mí dispuesta a cobrarme una pequeña venganza dejando un par de cicatrices permanentes en ese rostro.

— No...

Batman otra vez, aguando la fiesta como siempre. Paró mi mano y volvimos a la lucha mientras recuperaba mi látigo dispuesta a usarlo en cualquier momento. No obstante, el sonido del arma que llevaba el susodicho más varios pasos a gran velocidad acercándose, lograron que no tuviese tanta atención sobre mí y uno de sus batarangs terminase clavándose en el arma de fuego, antes de que soltase una de sus bombas de humo llevándome con él sin que pudiese evitarlo, aunque yo creía que en el fondo, mi curiosidad desease conocer qué reprimenda era la que me iba a echar en esa ocasión.

Acabamos en una de las azoteas que estaba a varias manzanas esperando de esa forma que no nos encontrasen tan fácilmente. Me había quedado sin cuadro, les había puesto sobre aviso que eso era lo que me importaba, y me molestaba bastante más que el condenado murciélago fuese lo único en lo que se habían fijado, como si fuese la única amenaza.

— ¿Por qué? Eres inteligente, creativa, única... Podrías hacer mucho más que ir robando por diversión —comentó el fortachón mientras me miraba mis uñas fingiendo que no me gustaba que me alagasen de esa manera.

— ¿De qué me serviría salvar a la ciudad? ¿Te sirve de algo a ti? Gotham está completamente podrida y no sé cuándo será, pero terminarás cayendo, igual que todos los que quisieron salvar todo alguna vez. Mírate no eres...

Dio un par de pasos hacia mí quedándose a milímetros de mi rostro mostrando la primera emoción que le veía durante mucho tiempo.

— No eres inmortal ni nada más allá que una persona. Todos nos corrompemos —entrecerré mis ojos felinos dispuesta a decirle la verdad de lo que no parecía darse cuenta—. ¿Te crees acaso mejor que todos ellos? Vas disfrazado, pegas y rompes huesos... No estás muy lejos de terminar matando como todos los demás.

— Yo no voy a matar. No me permitiré cruzar ese límite.

— ¿Ah sí? ¿Y eso por qué? ¿Tienes una superioridad moral por encima del resto?

Apretó su mandíbula de nuevo mientras soltaba todo el aire contenido en sus pulmones calmando las emociones que tuviese para no pagarlo conmigo, fuese lo que fuese y era sorprendente que alguien pudiese templarse de esa manera. No era normal, no parecía ni humano, pero él debía serlo. No tenía poderes como el alienígena de Metrópolis.

— Tengo que llevarte a la cárcel.

Enarqué una de mis cejas con diversión y luego solté una pequeña carcajada.

— ¿Por qué, murcielaguito? ¿Por no haber robado nada hoy? —susurré volviendo a acercarme dispuesta a mantenerme firme, a no ceder ante él como si fuese toda la autoridad existente en Gotham.

A medida que me acercaba me parecía cada vez más atractivo. Por alguna razón aquella máscara, su voz, toda esa imposición de bien, esa especie de aura que se deslizaba a su alrededor me atraía como si fuese la mejor de las tentaciones del mundo.

— O puede que si haya robado algo esta noche... —mi expresión había cambiado por completo demostrando esa sonrisa seductora que siempre me había abierto muchas puertas en cuanto a hombres se trataba.

— ¿Qué? —preguntó casi sorprendido.

— Tu corazón —siseé antes de atrapar su boca en un beso intenso, demasiado intenso, lleno de una llama que pretendía encender y derretir todo su interior de hielo, un beso, el primero que le daba y que había salido de forma espontánea, como una necesidad que no sabía que existiese, como un deseo que no podía negarme y eso, asustaba a cualquiera, pero ahora quería disfrutar.

Rise of GothamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora