No podía negar que la posibilidad que se deslizaba por mi cabeza me resultaba mucho más escalofriante de lo que hubiese podido pensar en ningún otro momento. De hecho, ni tan siquiera era necesario que se aclarase la situación, simplemente tenía que escaparme de allí sin ser vista.
— ¡Cat! — la alegría de Harley me sorprendió, pero llegó hasta mí con su bate sobre uno de sus hombros. Lo que fuese que tuviese que me hubiese hecho llamar la atención terminaría mandándolo al diablo, pero en ese mismo instante solo podía pensar en salir de la manera más digna posible de esa trampa.
— Así que... ¿has estado jugando todo este tiempo al gato curioso, eh? ¿No sabías que por ser demasiado curiosos a los gatos se les corta la cola?
Enigma se sentó de esa forma tan poco propia de él. Sus piernas estaban sobre uno de los reposabrazos mientras que la cabeza intentaba descansar en el contrario. Esperaba que la pose fuese tan incómoda como parecía, porque se lo merecerían sus cervicales.
— Creo que no he sido la única que ha estado jugando, ¿verdad, payaso?
— ¡Te dije que lo averiguaría!
— Vaya... pensaba que eras más tonta, gatita y que ni con las evidencias delante podrías darte cuenta de lo que estaba pasando realmente a tu alrededor —la risa estridente del payaso volvió a salir de la garganta de Enigma antes de apoyar su cara en una de sus manos enguantadas—. ¿A que ha sido un plan brillante como pocos?
— ¡Sí que lo ha sido, pastelito! —comentó Harley emocionada.
— Harley, por favor, haznos un favor a todos y deja de besar el culo a ese engendro que tienes por novio —resoplé caminando hasta el payaso, pero manteniendo aún las distancias—. Déjate de juegos. Dime dónde está Batman. ¡Ya!
— ¿Aún no lo has averiguado? —chasqueó la lengua poniendo su peor intento de cara triste porque el maquillaje no le ayudaba ni lo más mínimo—. ¿Quieres llegar a la última parte de la partida sin haber pasado por los diferentes obstáculos? Eso no está nada bien, gatita. No, señor.
— Cat, ¡pero si es super simple! Solo...
El falso Enigma se levantó de su sitio y golpeó el rostro de Harley que iba a pronunciar las palabras exactas que me ayudarían a descubrirlo, o por el contrario, lo único que haría sería decirme que pensase y nada más. Pero el Joker parecía tener claro que iba a ayudarme más que a otra cosa.
En el instante que golpeó el rostro de mi amiga, me acerqué a él lo suficiente para golpearle la cara con una patada que dio en su rostro desfigurando el maquillaje que seguramente le había costado horas lograr a quien fuese el artista. Se rió de la forma en que acostumbraba, tan hilarante que casi parecía estar a punto de romperse en mil pedazos su escasa cordura. Saqué mis garras en ese momento y me abalancé sobre él justo en el instante que sacó algo de su bolsillo.
— No creo que quieras hacerlo, felina. Si pulso este botón, tu queridísimo Batman saldrá por los aires —llevó su otra mano a su rostro y lentamente se fue desprendiendo de la forma del rostro ajeno tallada en el látex mejor trabajado del mundo—. ¿Creías que iba a tenerle así sin más? No... todos sabemos como es Batsy y a la mínima nos destroza los planes haciendo lo que no queremos que haga. ¡No puedo consentirlo! Necesito tener la certeza de que todo salga... según el plan.
Fruncí mi ceño y mis labios dispuesta a golpearle en su horrible cara de payaso, pero ese maldito botón que podía no estar conectado a ninguna parte, me mantenía intranquila, temerosa de que hubiese puesto algo a Bruce que se accionase y le matase si lo pulsaba en algún momento. Finalmente, cedí ante el poder que tenían la incertidumbre y el miedo, así que me mantuve quieta, a esa distancia prudente aunque le estuviese asesinando con la mirada.
— ¿Qué plan?
— ¿Qué gracia tendría si te lo contase, gatita? No, no, no... tienes que averiguarlo. Tienes que seguir las reglas del juego —dijo cada palabra pausadamente, igual que si estuviese disfrutando cada segundo que las pronunciaba o creyese que era lo suficientemente tonta para no darme cuenta ni entender lo que me estaba diciendo.
No tenía intención alguna de escaparme de allí. Quería que me dijese la verdad, pero tenía que haber alguna forma de poder lograr arrancarle de la mano ese artefacto. Quizá si conseguía que prestase una mínima atención a algo más podría sacar mi látigo y...
También tenía otra opción posible. Si convencía a Harley de que me acompañase hasta la salida, ella podría indicarme algo más, podría saltarse las normas por mí aunque le encantase besar el culo de ese maldito demente que tenía delante. No entendía porqué había vuelto a sus brazos cuando parecía que Hiedra y ella empezaban a tener algo... Un momento, ¿y si Harley...? No, no podía ser. Seguramente me estaba volviendo completamente loca.
— No me iré de aquí sin saber dónde está —repuse tajante.
— Entonces, te tendremos como huésped hasta que esa cabeza que solo piensa en ovillos empiece a funcionar tal y cómo debería —rió medio tirándose sobre su asiento mirándome con el mismo desconcierto que le miraban a él—. Se me ha olvidado mostrarte a tus ayudantes de cámara —hizo un gesto con la mano y por una puerta aparecieron Talia y BatGirl con algo brillante en la cabeza. Detrás, El sombrerero disfrutaba de sus nuevas Alicias a las que podía mantener bajo su merced.
— La madre que... —susurré.
— Chicas, enseñad a la gatita la hospitalidad de su nuevo hogar —pidió el Joker antes de que El sombrerero también les indicase una orden.
Ambas me miraron durante unos segundos mientras Talia iba sacando poco a poco su espada antes de sonreír de esa horrible forma en que solamente lo hacía una persona controlada o con demencia grave nivel Joker.
— ¡Disfrutemos del espectáculo! —gritó el Joker antes de volver a reír.
Combatir contra esas dos no sería algo fácil.
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Rise of Gotham
FanfictionEl murciélago ha desaparecido y eso lleva a Selina a una encrucijada pues está dispuesta a mantener a flote la ciudad mientras regresa su justiciero, básicamente porque se niega a creer que Batman ha muerto.