Tae iba caminando por los pasillos de la universidad dirigiéndose hacia la biblioteca, cuando siente que es jalado y tapada su boca. La puerta se cierra y es arrinconado en la pequeña bodega por Seokjin.
–¿te has vuelto loco?
Sin perder el tiempo Seokjin envía su mano a la entrepierna de Tae arrancándole un gemido.
–deten...aaaah.
Tae lo empuja y Seokjin lo agarra más fuerte.
–si vuelves a empujarme te vas a lastimar.
–no tienes ningún derecho. Te voy a reportar.
–jajajajajajajaa...no creo que nadie crea que el gran Seokjin anda detrás de alguien cuando todos andan detrás de él.
–ese todos no me incluye a mí ni a mi novio.
–no por ahora, pero pronto lo harás bebé.
–eres un maldito.
–un maldito que te hará ver las estrellas.
Seokjin desabrocha hábilmente el pantalón de Tae y mientras cae, le baja el bóxer. Se pierde entre la entrepierna de Tae dando besos y lamidas haciendo sisear y respirar agitado al menor.
–para no gustarte estas bastante duro.
Tae se sostenía de las paredes para no caer, pues sus piernas ya empezaban a flaquear.
Seokjin comenzaba a chupar el glande, sacándolo y metiéndolo una y otra vez.
–deten...aaaaaaaaah.
Seokjin se engullía todo su pene haciéndolo gemir y jadear aún más fuerte.
Qué es esto? Siento mi cuerpo derretir. No puede ser posible que esto me guste. ¿acaso estas enfermo Tae? Oooh dios. No quiero sentirme bien, no puedo. Esto no está bien. Aaaaaah. Dios. El maldito sabe lo que hace. Pero no puedo caer. Debo resistir.
–mírame.
Esta loco si cree que le voy a hacer caso.
–mírame o te la muerdo.
Tae abre los ojos de inmediato chocando con una mirada tan lasciva que un escalofrió recorrió toda su espina dorsal hasta llegar a su pene. Ver a Seokjin con toda su extensión dentro de su boca lo estaba haciendo llamear de deseo. Sentía el impulso de mover sus caderas.
Seokjin tenía paciencia, no se movía, se quedaba estático con toda la extensión de Tae en su boca moviendo su lengua tortuosamente. Esperaba que Tae se dejará llevar y empezara a mover sus caderas de manera involuntaria, pues ya se habían movido un poco pero eran frenadas por Tae.
Seokjin comenzó a hacer círculos con su dedo en el bajo vientre de Tae en el mismo sentido que su lengua lo hacía. Tae no pudo resistirlo más, cerrando sus ojos y doblándose un poco movió un par de veces sus caderas. Al descubrir lo delicioso que era, sus caderas se movieron por si solas. Era tan delicioso que se aferró del cabello de Seokjin, quien estaba más que complacido al sentirse follado por Tae.
Se sentía demasiado bien, jodidamente bien y no quería parar. Tae no entendía porque disfrutaba aquello que le parecía obsceno y fuera de lugar. Se vino en un gemido agudo y ahogado, aferrándose al cabello de Seokjin.
Seokjin termino de lamer y chupar hasta la última gota devotamente. Tae lo observaba perplejo comenzando a crecer en él la indignación de haber sido usado.
Seokjin se sentía triunfal, se puso de pie dispuesto a besar a Tae en los labios. Pero este rápidamente se acomodó su ropa interior y su pantalón para asestarle un puño en la boca.
–ni se te ocurra volver a tocarme.
Seokjin veía descolocado y confundido a Tae mientras sostenía su boca. Nunca hubiera esperado una reacción como esa. Así que, totalmente impotente ve como Tae sale del lugar dando un portazo.
Tae iba tan rápido y tan malhumorado que no se dio cuenta que alguien se acercaba a su derecha y termino chocándose con él. Ambos chicos resultaron en el piso sobándose la parte lastimada.
–lo siento.
–no, yo lo siento.
Cuando Tae levanto la mirada se quedó petrificado al ver al chico con risa de conejo.
–¿estás bien? –decía Jungkook estirándole la mano para que se pusiera de pie.
–si, si. Gracias.
–siento, haberte chocado. Yo venía muy de prisa.
–no, yo lo siento.
Tae sentía arder sus mejillas.
–bueno, un gusto conocerte mi nombre es Jeon Jungkook.
–mucho gusto, el mío es Kim Taehyung.
–espero verte pronto Taehyung. Adiós.
Tae hace una reverencia yéndose un poco más animado debido al sorpresivo encuentro.
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El Elegido ~ Jintae
FanfictionKim Seokjin estaba muy confiado en su belleza para conseguir a quien sea y como fuera. Siempre tenía a quien deseaba comiendo de la palma de su mano. Tal era su fama que hizo popular sus fiestas en donde los asistentes eran conscientes que uno de el...