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Jin susurraba en los labios de Tae mientras seguía dentro de él y de vez en cuando lo besaba, chupaba sus labios metiendo su lengua levemente. Cuando Jin se movía involuntariamente Tae gemía al sentir la fricción del pene de Jin en su interior.

–mi hermoso, se siente tan bien estar dentro de ti mi amor. Me encanta como me aprietas. ¿te encanta? ¿cierto? Te encanta tanto como a mi bebé.

–uhmm, se siente demasiado bien Jinnie.

–esto es solo el comienzo precioso. De ahora en adelante voy a follarte tan rico.

–uuuummmm Jiiin.

–me muero por follarte duro y que gimas mi nombre.

–uuuhmmmm siii mi amor. Te amo Jin. Quiero ser tuyo de todas las formas posibles.

–tus deseos son ordenes bebé, además que también me muero por hacerlo. ¿te duele mucho?

–un poco, si. Creo que lo hemos hecho muchas veces.

–perdóname bebé, es que no tengo suficiente de ti. Creo que nunca me cansare de follarte una y otra vez.

–yo también quiero más de ti Jin.

–lo hare suave y será la última de hoy. ¿si bebé?

–uhmm. Yo también lo deseo. Muévete con libertad, deseo que te muevas y me folles.

–ay bebé, se escucha también la palabra follar en tu dulce e inocente boca.

Jin beso a Tae e introdujo su lengua con pasión y deseo porque escucharle usar las palabras obscenas que decía frente a él lo había calentado al límite.

De ahí en adelante, Jin tenía relaciones de manera constante con Tae. Ambos no esperaban a cerrar la puerta de la casa para lanzarse sobre el otro y culminar en jadeos, sudor y múltiples orgasmos que los dejaban exhaustos. Ya habían inaugurado gran parte de los lugares de la casa, pero no les bastaba. Sobre todo a Jin, que luego de haberlo tomado no se le quitaba de encima ni en la universidad.

Jimin observaba como ni siquiera comiendo Jin dejaba de besar a Tae. Esta vez lo hacía en el lóbulo de su oreja.

–por lo menos déjalo comer ¿no?

–mientras él come yo también.

Tae sonreía sin molestarse mientras Jin lo atosigaba, aunque para él era un gusto. Le gustaba sentir al mayor encima de él dándole mimos de manera constante.

Jin enterró su nariz en el cuello de Tae absorbiendo su olor y dando besos tiernos y devotos en él.

–vamos Jin, déjalo respirar hombre.

–a él no le molesta y a mí me encanta saborear en todo tiempo lo que es mío.

–Tae dile algo, es bochornoso ser el centro de atención de la cafetería. Eso es algo que deben hacer en privado.

–creo que tienen que acostumbrarse. Que tengan bien claro que Tae es mío.

–creo que exageras.

–por supuesto que no. tanto que me costó conquistarlo como no voy a disfrutarlo.

–puedes hacerlo en tu privacidad querido.

–no sé porque te molesta tanto Jimin.

–no me molesta es solo que...

–déjalo amor, conozco a Jin. Nada de lo que digas le hará cambiar de opinión. Además, a Tae parece encantarle.

El Elegido ~ JintaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora