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Contra el colchón, contra la pared del baño, contra el mesón de la cocina, contra el escritorio, contra el marco de la puerta de su habitación, contra el lateral del sofá, contra la alfombra de una de las salas auxiliares, no importaba el lugar; a Jin le encantaba dominar a Tae de todas las formas posibles y al menor le encantaba ser dominado.

–ooooh dios mío Jin me vas a quebrar.

–si, pero te encanta ¿no? te encanta que te folle duro bebé. Lo sé porque me aprietas tan bien y oír tu concierto de gemidos me tiene al límite.

Jin tenía a Tae boca abajo con el culo levantado sujetando una de sus manos a la altura de su coxis. Lo follaba rápido y duro tal como a él le gustaba, su placer aumentaba al escuchar los constantes, roncos y semiagudos gemidos de Tae.

–siiiiiiiii...

uuummmm....

maaass Jinnie maaaas....

por favor. Sigue así mi amor.

te amo.

Te amo tanto.

Tan grande dentro de mí.

Tan fuerte.

Tan cal.....aaaaaaaaaaah...

uuuummmmm.

dios...que delicia.

El cuerpo de Tae comenzó a temblar esa tarde por cuarta vez en un orgasmo casi celestial. Jin se derramo en seguida en su interior haciéndolo hervir aún más con el cálido líquido.

Ambos quedaron exhaustos recostados sobre la alfombra de la sala mirando hacia el techo. Luego Jin miro a Tae contemplándole sintiéndose muy afortunado. Llevo su mano a su rostro para acariciarle haciendo que Tae volteara a verlo. Jin le sonríe de inmediato totalmente enamorado y satisfecho. Tae le devuelve la sonrisa igualmente de enamorado. Se voltea para observarle mejor y se toman de las manos.

–¿alguna vez habías sentido esto por alguien?

–jamás bebé. Tú eres muy especial para mí. Solo por ti prácticamente cambie muchas cosas de mi vida.

–¿no extrañas nada de lo que antes hacías?

–claro que no bebé. Yo solo puedo pensar en ti, en lo feliz que soy a tu lado. Nada de lo que hice anteriormente se compara a lo feliz que tú me haces.

Tae se acerca y se pone encima de Jin para besarle.

–Te amo mucho Jin. Tanto que duele.

Ambos enredan sus lenguas de nuevo saboreándose lentamente, Jin lo acomoda suavemente debajo de él sin detener los tiernos besos. Después de haber tenido sexo duro y salvaje se dedicaban a amarse lentamente permitiéndose sentir la esencia y calidez del otro. Susurraban con frecuencia en los labios del otro: te amo, como si escucharlo del otro los impulsara a responder de igual forma con total convicción y de manera automática.

...

Aunque esa semana no habían ido al cine juntos no detuvieron sus planes para ir a la playa como ya lo tenían planeado. Para su fortuna no estaba tan visitada esa tarde de sábado, más bien eran pocas personas que posaban en el lugar.

Tae descansaba en una de las sillas usando una pantaloneta negra y unas gafas de sol. Jin estaba con Namjoon bañando en el mar y cuando llego a la orilla dándose cuenta que Tae tenía su pecho desnudo frunció su ceño en molestia. Se acercó rápidamente buscando con su mirada si alguien lo observaba, y de hecho se encontró con algunas chicas que lo miraban con deseo.

El Elegido ~ JintaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora