Capítulo 33

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— Buenas noches, mi nombre es Yoo Jeongyeon, un gusto — La chica frente a ellos hizo una reverencia.

— El gusto es mío, Park Jimin — Le estiró su mano y esta gustosa la estrechó con la suya.

— Acompañeme, le mostraré a mis hijos — Se sentía orgulloso el poder decir esa frase, pasaron a la sala en donde sus ojos vieron una tierna escena.

Jungkook cargando a Jungmin mientras que Jiyoon dormía plácidamente en el portabebé a su lado.

— Amor, ella es Jeongyeon, será la niñera de los bebés. — La chica no despegaba la mirada del hombre apuesto recostado en el sofá, esos lentes de uso lo hacían ver condenadamente sexy.

— Un gusto — Nuevamente se inclinó un poco dejando ver su escote.

Ya empezamos mal.

Jimin notó sus intención levantando una ceja.

— Por si mi novio aquí presente no le explicó lo haré yo — Se puso en medio caminando lentamente contando sus pasos. — Usted estará a prueba una semana sin excepción alguna. Habrá claramente un reglamento que tiene que cumplir si o si.

— A sus órdenes.

— Número uno, dirigirse a todos con respeto pero sin dejarse insultar, cada quien tiene valor propio como persona — Empezó. Jungkook yacía acomodando al otro bebé en su lugar, tomó a Jimin de su mano y lo sentó en uno de sus muslos.

En ningún momento miró más a la chica.

Y no por que su novio lo controlara, si no por que no tenía caso relacionarse con un humano más, suficiente tuvo con Jimin y no se arrepentía pero la situación le cansaba.

— Número dos, lo que tenga que ver con mis hijos lo hablarás conmigo, en caso de que no esté le dirás a Kook...—

— A mí que ni me moleste. — Dijo serio.

— Es necesario, por el bien de los niños. — Le tocó su mejilla para después volver su vista a la niñera. — Número tres, le darás una mamila cada dos horas para después sacarles el aire, y una vez terminado los harás dormir.

La chica se sentó y empezó a escribir en una pequeña libreta que traía consigo.

— Yo te los daré ya bañados, el niño es Jungmin y la niña Jiyoon, ella es un poco delicada, pero tienes que tomarlos con cuidado, están recién nacidos — Hablaba fijamente, sintió la respiración de Jungkook en su cuello y el nerviosismo se apoderó de su cuerpo. — Lo de tu paga será cada 6 días, ganarás arriba de $900, pero te repito, estarás a prueba.

Dió el primer manotazo a la pierna bajo suyo.

— ¿Algo más? — Preguntó.

— Como verás, los cuidarás en la noche, procura no dejarles nada en su carita ya sea trapo o manta por que se pueden ahogar, ante algún problema tienes que avisarme.

— Ahorita vengo, iré a la cocina — Jungkook lo quitó con cuidado para después levantarse, un bulto para nada discreto se apreciaba en sus pantalones grises de chandal.

La mirada de Jeongyeon se abrió más de lo debido sorprendida.

— ¿Pasa algo? — Una sonrisa apareció en los labios de Jimin.

— No nada... — Se mordió su labio inferior sonrojada.

— Muy bien, eso sería todo. — Uno de sus bebés ya había despertado, lo miraba atentamente con sus ojitos entrecerrados.

Jimin gustosamente lo tomó en brazos para pasárselo con cuidado.

— Ah, otra cosa, a partir de mañana necesito que vengas un poco más formal, no lo digo con mala intención, si no que tu escote es muy llamativo y aquí viven puros hombres, no te vaya a pasar algo... — Sugirió. — Después de la semana, si pasas la prueba tendrás que venir a vivir aquí para que no estes yendo de un lado a otro tan noche, ¿Estamos?

— Estamos — Jimin la dejó sola con los dos bebés para después irse a la cocina con Jungkook.

Ahí lo vió, tan hermoso como siempre tomando agua en exceso, estaba nervioso y él sabía claramente la razón.

— Kookie... — Su voz salió sensual. — ¿Qué pasó ahí? — Lo abrazó por detrás dejando su mentón en el espacio del hombro y cuello.

— Deberías de dejar de presionar tu culo contra mi pene cada que estás hablando con alguien — Respondió ronco.

— ¿Por qué? — Sus pequeñas manos traviesas las paseó por su falo que se marcaba en ese pants. Podía sentir la forma y cómo pulsó en su palma.

— No hagas eso Jimin — Se recargó en la alacena.

— Ay, este mini quiere despertar para hacerse grande y fuerte — Habló como un bebé. — ¿Y si le ayudamos un poco? — Ingresó su mano dentro moviendola de arriba hacia abajo jalando su miembro una y otra vez.

— Para — Dijo sacando su mano rápidamente. Volteó a Jimin dejándolo recargado sobre la barra y lo abrazó por detrás tal y como él lo había hecho antes. — Viene alguien — Dijo rápidamente simulando que estaba jugando con el contrario.

— ¿Cómo están chicos? — Pasó Jin directo al refrigerador a buscar algo de comer.

— Bien Hyung — Contestó Jimin con una sonrisa, estaba sintiendo la dureza presionando contra su culo para alivianar el dolor.

— ¿Si la van a contratar? — Los regresó a ver — Lo digo por la chica que está con los bebés en la sala — Volvió su vista dentro del aparato para sacar un plato con un poco de gelatina.

— En eso estamos, solo una semana se necesita — Discretamente tiró una cuchara que estaba cerca suyo y se agachó presionando aún más, lo movió un poco para después volver a pararse.

— Los dejo entonces, iré con Nam — Se fue sin decir nada más.

— Te estás portando muy mal, ¿No crees? — Le dió una ligera nalgada para después apretar.

— Solo demuestro que también un hombre puede hacerle sentir placer a otro.

¿Eso había sido una indirecta para alguien?

Quien sabe, tal vez.

Lo abrazó pasando sus manos alrededor de su cuello aspirando su aroma varonil tan delicioso, sintió las grandes manos en su cintura tomándolo con posesividad y una sonrisa socorrona se formó en sus labios, regresó a ver a la puerta de la cocina con victoria.

Una chica con su respiración entrecortada yacía escondida en la pared después de haber visto absolutamente todo.

Había dado en el banco. Vaya, al parecer sí que se iba a divertir y demasiado.

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¡Vampire! ~Kookmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora