3. Beso sin permiso

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Michael's POV.

Dejamos que ______ tuviera intimidad y cuando Finn se dispuso a encerrarse en su cuarto, lo agarré del brazo: teníamos que hablar. No podía comportarse de esa manera con la chica nueva, la estaba molestando.

— ¿Qué pasa? — preguntó con una pizca de soberbia, sabía perfectamente lo que quería y estaba seguro de que su menor deseo era «perder el tiempo» conmigo.

— Deja a _____ en paz — le dije cruzándome de brazos— ¿Ves normal lo que le hacías? Respétala, por favor.

— Yo la respeto.

— Entonces creo que tienes un concepto de respeto muy distinto al de todos nosotros.

— ¿Qué quieres que haga? Está tremenda —me dio la espalda—. Déjame en paz, tengo cosas que hacer.

— ¿Cosas como qué? ¿Llamar a Emily? — me mostré molesto al nombrar a «su novia», ya que estaba harto de que cada vez que se acostaba con ella acabara en la cocina con una botella de alcohol y una borrachera melancólica de película.

— No — bufó, algo muy característico de él.

— Mira, solo te pido que le des su espacio y que la dejes escoger si quiere estar así de enganchada a ti o no.

— Está bien, está bien — repitió la afirmación como si así tuviera más peso—. Haré lo que tú digas.

— Gracias — no le creía nada, pero yo tampoco tenía ganas de seguir con la discusión.

— De nada, ahora déjame — dijo antes de meterse en su habitación y cerrar la puerta.

Lo siguiente fue conversar con Miles, quien no se mostró muy dispuesto a hablar y me echó de su cuarto más rápido de lo que entré. Así que, finalmente, sin ganas de discutir me fui a mi habitación y estuve navegando por internet un rato. Las clases no habían comenzado aún, así que era libre hasta el día siguiente, por lo que no tenía nada que hacer.

Llevaba tanto tiempo esperando llegar a la universidad. Era nuestro primer día, el de los cuatro a pesar de que Miles no estuviera en la misma facultad, sino en una vieja escuela de arte al cruzar la calle. El Lincon College era el típico lugar del que te tenías que sentir más que afortunado al ser admitido, pero tampoco eso significaba que eras uno de los mejores estudiantes del país. Finn fue admitido en medicina y yo fui admitido en una carrera doble de historia antigua y moderna e historia política. Increíble, ¿verdad?

Decidí revisar los e-mails de ______ y confirmar que hubiera apuntado todo correctamente. Comprobé que así era y me pareció curioso que las fotos que envió estuvieran hechas en lugares lujosos, no me había fijado antes. Así que, si era de familia rica, ¿por qué había escogido nuestra casa? No tenía nada de especial, de hecho, era igual a todas las viviendas de la calle, estábamos bien asentados, pero no éramos de familia adinerada.

Si en algo tenía Finn razón, era en la belleza de la chica. No podía negar que sus ojos, su tez clara y su cabello castaño poseían algo que no fuera hermosura. Su cara poseía ese tipo de belleza que no necesita maquillaje para hacerse notar; incluso, sus ojos estaban adornados por unas largas pestañas, los cuales hacían resaltar, entre aquel mantel de pequeñas pecas, sus mejillas blanquecinas. Era su mirada lo que más cautivaba, ya que sus labios, rosados y finos le daban un toque inocente. Sin embargo, Finn se había fijado en sus dotes físicos dejando de lado su bonito rostro para mirar sus pechos, su figura pequeñita y delgada. Debía medir aproximadamente un metro sesenta y cinco, lo suficiente para no tener que alzar la mirada al hablar con nosotros.

Parecía una buena chica, y eso era lo que me importaba.

Al rato decidí ducharme, luego fui a la cocina a preparar algo de cenar. Me dejé el cabello alborotado para que se secara al aire y me puse unos pantalones cortos y una camiseta de manga corta negra.

Trillizos Wolfhard  {F. W. y tú} // TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora