33. Otra ilusión sin cumplir

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_____'s POV.

Me encerré en el baño, lavé mi rostro y procuré calmarme antes de volver a bajar al salón, intentando disimular mi desgracia. ¿Por qué a mí? ¿Por qué todos parecían quererme hasta encontrar algo mejor?

¿Y por qué me molestaba si quien debía importarme era Finn?

En ese momento odiaba mi corazón y sus estúpidos sentimientos.

Salí del baño y volví al sofá.

—¿Por qué lleva una maleta? —me preguntó Laura sentándose a mi lado de nuevo. Negué con la cabeza. No lo sabía y tampoco quería saberlo.

Posiblemente no debería valorarme de esta manera, pero lo hacía. Sentía que mi corazón se rompía con la imagen de ellos dos, porque sospechaba que ella venía a pasar unos días en casa. ¿Sino por qué iba a traer una maleta?

Sentí que el aire me faltaba. Estaban juntos, lo sabía. ¿Pero por qué? ¿Por qué si él me había besado y había sido todo un caballero conmigo? ¿Por qué me había engañado? ¿Por qué me había hecho creer en la posibilidad de que me amara si no lo hacía? Finn tenía razón, Mike podía llegar a sorprenderte. Pero esta no era una manera agradable de sorprender a alguien. Dolía pensar que el Mike que yo creía buena persona, resultó ser un imbécil. Lo había juzgado mal, las primeras impresiones siempre engañan.

—¿Quién llegó? —preguntó Finn saliendo de la cocina con un bote enorme de yogur de cereza y tres cucharas.

—Mike —contestó su hermana.

—Ah... ¿Estaba bien? —preguntó— Antes en el gimnasio se fue corriendo sin decir nada y me dejó solo.

—Está bien acompañado —dijo Laura y Finn me miró, pero yo no lo hice de vuelta, es más, miré hacia otro lado. No quería que viera la cara de tonta y decepcionada que llevaba.

—¿Eh? —preguntó algo confundido, pero luego se sentó a mi lado y me dio una cuchara— ¿Quieres? —La agarré junto con el bote de yogur.

—Jenna, se llama Jenna la chica. Parece mentira, nunca pensé que Mike sería el primero en traer una chica a casa —dijo Laura emocionada, claramente sin darse cuenta del daño que a mí me hacía con sus palabras. Me perforaba por dentro cada vez que nombraba a Mike o a Jenna. Y sí, las ganas de llorar por sentirme estúpida no se iban, pero no lo haría, no lo merecía.

—Técnicamente yo también lo he hecho, solo que ella ya estaba aquí —contestó el chico pasándome el brazo por los hombros.

—No te lo crees ni tú —le dije y me sonrió coqueto.

—Bésame otra vez y lo veremos —tuve que esconder mis ganas de llorar, era tan dulce. ¡Y yo sufriendo por el amor no correspondido de su hermano!

—¡Ay, qué lindos! —exclamó su hermana antes de levantarse—. Chicos tengo que irme —dijo con una sonrisa— Mi novio me reclama, por cierto, mañana no vendré, portense bien. No quiero que nada se queme otra vez. Tú vigilas, _____. Te dejo al mando —dijo ella animada, haciendo que sacara una sonrisa— Finn, las manos fuera de ella.

Finn alzó las manos.

—Mis manos están atadas al aire no puedo acercarlas —fingió seriedad. Lo miré alzando las cejas y Laura se rio.

—Esa es una manera muy rara de decir que no la vas a tocar, pero me sirve —sugirió satisfacción con la respuesta e hizo ademán de salir del comedor— ¡Adiós! —dicho esto desapareció por el pasillo.

Finn y yo nos quedamos callados hasta que escuchamos la puerta de la entrada cerrarse. Después, él suspiró y automáticamente me abrazó, apoyando su cabeza en mi hombro.

Trillizos Wolfhard  {F. W. y tú} // TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora